El Bosque del Agüil en Aguachica continúa siendo el patrimonio natural de este municipio, sin embargo la realidad al día de hoy es preocupante si no se toman acciones de fondo para conservar lo que queda de este espacio ambiental, área que cada vez es menor debido a la invasión de los terrenos, los efectos de la contaminación humana, el uso indebido de sus espacios, el secamiento de sus nacimientos de agua y la falta de mantenimiento en sus partes físicas ponen en evidencia el preocupante panorama.
EL NUEVO SUR visitó este importante lugar con el propósito de evidenciar la situación por la que atraviesa el bosque, en ese recorrido, Luis Enrique Bolívar, la persona encargada por la alcaldía municipal para coordinar acciones de cuidado y mantenimiento, puso en evidencia la situación de los nacederos en donde varios de estos afluentes se han secado debido a la fuerte sequía, el popular «chorro» una caída de agua tradicional del bosque no tiene ni una gota del preciado líquido, algunos árboles se encuentran inclinados a punto de caerse y otros necesitan ser intervenidos para evitar que mueran.
La pileta en donde las personas van a lavar sus ropas se encuentra con un mínimo de agua y afortunadamente los tanques de almacenamiento en donde los ciudadanos se surten durante todo el año mantienen un nivel aceptable.
Por su parte Brayan Rodríguez Gómez, ingeniero ambiental que presta sus servicios profesionales para la alcaldía, manifestó que la principal intervención al bosque es la educación, la conciencia de las personas es vital para contribuir y preservar este pulmón verde, de igual manera reiteró que no es necesario construir sitios físicos sino en mantener el equilibrio del ecosistema y proteger lo existente.
Durante el recorrido las chicharras con sus peculiares sonidos daban la impresión de estar pidiendo no dejar morir este espacio natural, sin embargo, lo encontrado frente a la invasión de terrenos dejó mucho que desear, dos propiedades cuya demarcación se adentra en el espacio del bosque; viviendas cuyos patios son parte de la reserva y muestran imagenes que comprueban la usurpación de sus terrenos.
Sin embargo, el bosque de El Agüil no está sólo, afortunadamente los ciudadanos han reaccionado frente a la situación de este lugar, por ello acciones como la conformación de una veeduría para velar por su protección, la organización de los estudiantes de la Universidad Popular del Cesar seccional Aguachica quienes desarrollan un proyecto que incluye restauración, jornadas de limpieza y embellecimientos de sus entornos son clave para salvaguardar sus recursos naturales en fauna y flora.
Pero estas acciones deben están enmarcadas bajo el compromiso de los gobierno locales y regionales, las corporaciones autónomas como Corpocesar, las entidades públicas y privadas, la fuerza pública y la comunidad unida para que el bosque renazca y tenga esa vitalidad que lo caracterizó hace varios años en donde era un punto de encuentro para propios y foráneos.
Debe haber un compromiso mancomunado, a corto y mediano plazo, que garantice su cuidado y la posibilidad de transitar por sus caminos de manera segura, apreciar los animales y las especies de árboles allí sembrados, todo esto hace parte del sentido de pertenencia por lo que tenemos y que estamos a tiempo para recuperarlo, transformándolo en un sitio ecoturístico donde el respeto por su entorno sea la principal muestra de amor por la madre naturaleza.