El pasado lunes 1 de marzo, fue sepultado el cantante vallenato Jorge Oñate, el deceso del «jilguero de América» se produjo días atrás en la ciudad de Medellín a donde fue trasladado al Hospital Pablo Tobón por una infección respiratoria con complicaciones renales y también en el páncreas.

Su cuerpo fue trasladado a Valledupar en donde se le realizó un homenaje en la biblioteca departamental Rafael Carrillo Lúquez, varios artistas del género vallenato se dieron cita para darle el último adiós al «Ruiseñor del Cesar», Silvestre Dangond, quien era su ahijado, Peter Manjarrés, Jorge Celedón, algunos integrantes de la agrupación Kvrass y varios compositores de los éxitos cantados por Oñate.

Los familiares del intérprete estuvieron presente en el acto póstumo, marcados por las tristezas pero con los mensajes de aliento de los seguidores.

Sus hijos, también cantantes del género, homenajearon a su padre. José Jorge Oñate, antes de interpretar las letras de sus canciones, agradeció por los mensajes de solidaridad.

«No tenemos cómo pagar tantas oraciones, mi padre sabemos que está un mejor lugar, nos duele el corazón pero nos deja su  legado musical», sostuvo Oñate.

Luego el cuerpo de Jorge Oñate fue trasladado hacia el municipio de La Paz, de donde era oriundo, allí fue llevado hasta su última morada en el cementerio central, el cual queda a solo una cuadra de la casa en la que vivió toda una vida, por esta razón su esposa Nancy Zuleta pidió que su féretro se detuviera en el que fue su nido de amor.

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