MOSCARDA EN LECHE
A nadie se le ocurriría decir que la blanca leche es verde porque ve una moscarda de ese color navegando en el vaso. Simplemente, con una cuchara la saca y se olvida del asunto.
A no ser que sea un lactofóbico. No confundir con los lactofílicos, que es otra cosa.
O un protestafóbico.
Como lo es el gobierno nacional, algunos regionales y locales, los sacamicas a sueldo o de oficio, y los medios de comunicación afines al poder que da poder con sus titulares e informes noticiosos sobre el majestuoso Paro Nacional contra la Reforma Tributaria. La protesta les produce urticaria, no solo en la piel sino también en el corazón y la razón, más si es pacífica, legal y multitudinaria. Ante ella se portaron como unos protestafóbicos de remate.
La literatura científica conceptúa que fobia es un trastorno de ansiedad caracterizado por miedo desproporcionado e irracional ante algunas situaciones prácticas. Fobia también lo es el odio hacia algo. La protestafobia ha demostrado ser de gran peligrosidad.
En Colombia ya se volvió filia que ante los amagos de protesta se desempolvan todas las formas de lucha, como practicaban algunos pseudopolíticos décadas atrás, para impedirla. Desde tildarla de terrorista, destructora del progreso, vandálica; pasando por descalificarla, ignorarla, calumniarla, sabotearla, infiltrarla y, en últimas, masacrarla.
A la hora de escribir estas notas los noticieros de televisión solo hablaban de los saqueos, la destrucción, las agresiones y desmanes producidos por algunos durante y después de las marchas multitudinarias en todos los municipios de Colombia y algunas ciudades del mundo contra el pésimo gobierno y la Reforma Tributaria que sin alma, sin compasión ni miramiento alguno, el presidente Duque presentó contra la pequeña y mediana industria, la clase obrera, la clase media y los más desvalidos de Colombia. La leche la vieron verde a pesar de tener una sola moscarda. Es la filia por la exaltación de la mosca en la leche con la finalidad de que no se resalte el valor nutritivo de esta, todo en beneficio de la salud de los lactofóbicos.
Obviamente que las autoridades deben buscar y encontrar y sancionar a los autores intelectuales de los infiltrados, que lo hacen para sabotear y producir condiciones objetivas para reprimir; deben buscar, encontrar y sancionarlos, tanto o más como a los que por sus necesidades extremas de conseguir algo se aprovechan de la protesta social para conseguirlo a las malas.
PRIMER RECREO: Aguachica sí tiene futuro: Ni la lluvia, ni los estigmas, ni los señalamientos, ni la jugadita de la magistrada del Tribunal de Cundinamarca, ni los llamados de “yo no marcho, yo produzco”, ni las salidas en falso de algunos pontificadores de que había que pedir permiso para protestar; ni las explicaciones de que solo podían protestar los terminados en uno y cero, ni el sexo, ni la edad, ni la orientación sexual, ni la desidia gubernamental por la vacunación contra la covid-19 impidieron el mar de gente inundando las calles de Aguachica contra la Reforma Tributaria.
SEGUNDO RECREO: En medio de tanto boroló local no puede pasar desapercibido el nuevo hostigamiento que denunció públicamente la personera municipal contra ella. No es una, ni dos, ni tres veces que se ha venido pronunciando sobre el peligro que corre su vida. Es hora de que las autoridades municipales impulsen a las autoridades competentes a que esclarezcan de “una vez por todas” la situación. No esperar a que ocurra una tragedia.