PEDAGOGÍA, VACUNA, ALCOHOL Y SISTEMA INMUNE (2)
En la columna anterior (6 de mayo) quedé en decir algo sobre el sistema inmune. Pero antes es necesario hacer una precisión con relación a lo afirmado que “Tener […] 60% de efectividad significa que de 100.000.000 personas que se vacunen contra una enfermedad, es probable, estadísticamente, […] que 40.000 mueran […]”.
1. Fue una exageración de interpretación estadística para llamar la atención de las personas que no quieren vacunarse. Pero me hacen caer en razón que, dicho así, bruscamente, puede prestarse para confusión. Entonces preciso que:
2. La eficacia y la efectividad de una vacuna son conceptos similares pero distintos en su significado.
El término EFICACIA se refiere a «un estudio que se lleva a cabo en condiciones controladas o ideales (laboratorio)» y el de EFECTIVIDAD se emplea para «un estudio que se lleva a cabo bajo las condiciones ambientales típicas, es decir, en condiciones menos controladas». De acuerdo con estos conceptos, una vacuna puede mostrar mayor eficacia que efectividad dependiendo de si los datos obtenidos son de laboratorio o del entorno social o condiciones ambientales de la población. De ahí la importancia de tener claro los dos conceptos.
El portal BBC NEWS MUNDO (https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-55913068, de 3-02-21, visto 13-05-21) cita un ejemplo para explicar la diferencia: «Imaginen a 100 personas con covid. Una eficacia del 90% significa que, de haber recibido la vacuna, solo 10 hubieran caído enfermas. La eficacia de la vacuna es la reducción relativa del riesgo: sea cual sea tu riesgo, se reduce en un 90% si te vacunan».
Por lo anterior, cuando se dice que una vacuna tiene una EFICACIA del 90% en PREVENIR la covid-19, no se está afirmando que el 10% de la gente sí se puede enfermar. Tampoco significa que de cada 10 vacunados, uno va a contraer la enfermedad.
¿Entonces qué significa una eficacia del 90% de una vacuna? En plata blanca, que la probabilidad de desarrollar covid-19 en las personas vacunadas disminuye en un 90 % en comparación con las no vacunadas.
Ahora sí, qué es el sistema inmune y cómo funciona. Vea papá, es algo complicado de explicar, sólo un inmunólogo lo haría, pero se hace necesaria no dejar a la población en total tinieblas con el asunto de la vacunación que tanto temor despierta. A vuelo de pájaro, el sistema inmune es el sistema de defensa del cuerpo contra las infecciones. Así como el sistema de defensa nacional tiene varios órganos con funciones específicas como el ejército, la policía y la marina, el inmunitario tiene células y órganos que colaboran entre sí para proteger al cuerpo. La columna vertebral del sistema inmune son los glóbulos blancos que tienen varias fuerzas de choque: los fagocitos (rodean y destruyen microorganismos y eliminan células muertas. También pueden estimular la respuesta inmunitaria) y los linfocitos, B y T, que reconocen y destruyen a los invasores respectivamente.
Cuando el cuerpo detecta sustancias extrañas, el sistema inmunitario entra en acción fabricando anticuerpos que localizan e inmovilizan al invasor mientras lo acusan con los soldados T para que lo destruya. Una vez derrotan al enemigo, se acuartelan, siguen en el cuerpo de una persona a la expectativa para repeler otro ataque que se presente.
Inmunidad, es, por tanto, la protección contra las enfermedades que ofrecen al cuerpo estas células especializadas y partes del sistema inmunitario. Los humanos tenemos tres tipos de inmunidades: innata, pasiva y adaptativa.
Todo el mundo nace con la innata (las lágrimas, el moco, la tos). La inmunidad pasiva es cuando los anticuerpos se reciben de un cuerpo exterior (los que vienen en la leche materna, inyección contra el veneno de las serpientes).
De las tres, tal vez la más importante es la adaptativa, también la llaman activa. Esta inmunidad la desarrolla el cuerpo a través del tiempo cuando las personas se van exponiendo a enfermedades o se inmuniza a ellas a través de las vacunas.
PRIMER RECREO: Con estos artículos no se pretende dar cátedra médica especializada sobre el Sars-CoV-2 y las vacunas, por lo que pueden adolecer de rigurosidad científica; sin embargo, con ellos sí busco ejercer la función de pedagogo que tanta falta hace para educar a la población que se resiste a vacunarse sobre la importancia de inmunizarse contra la covid-19.