EN 2022 LA PRIMERA DECISIÓN ES DECIDIR ENTRE EL CONTINUISMO Y EL CAMBIO
Son las 8:00 de la mañana del 29 de junio de 2022; hace un fresco sabroso, la noche estuvo algo pasada por agua. Estoy entre los primeros de la fila, a un metro de la mesa de votación; miro hacia las filas de las otras mesas, especialmente la de los jóvenes: me emociona lo concurridas que están y, viéndolos, me abismo de que no hace mucho tiempo, mi fila era la de ellos. Un jurado de votación llega a destiempo y los presentes le asignan las funciones que ellos le habían asignado en la mesa. Cuando por el radiecito que llevaba en el bolsillo se escuchó a quién funge de presidente hasta el próximo 6 de agosto declarar abiertas las votaciones, un agente de policía tocó el timbre del colegio Jorge Eliécer Gaitán anunciándolo a todos. Las filas se agitaron, los jurados saludaron, abrieron la urna, la sacudieron varias veces y la mostraron por delante y por detrás, por fuera y por dentro, como unos magos en función diciendo, nada por aquí, nada por allá…. El primero de la fila se acercó a votar.
Mientras me arrimo a la mesa recuerdo nítidamente las palabras de una persona privada de la libertad que nos venía advirtiendo desde el 2020 “[…] con mucha franqueza. Cuidado con el año 2022. Cuidado […] que nos quieren llevar, en nombre de la libertad, a supresión de las libertades. En nombre de la equidad nos quieren llevar a la eliminación de la empresa privada y la desfinanciación de las políticas sociales. En nombre del crecimiento y el desarrollo nos quieren llevar al total colapso de la economía y en nombre de la transparencia nos quieren llevar al manejo chavista de la justicia” (semana.tv, agosto de 2020).
Una cascada de explicaciones aparecía en mis recuerdos. Entre ellas las de Jorge Enrique Robledo que en sano ejercicio de profesor había explicado que “La primera decisión sobre las elecciones de 2022 consiste en escoger entre el continuismo y el cambio. Si reelegir o no las pésimas políticas de Iván Duque, las mismas que precipitaron los estallidos sociales de 2019 y 2021, políticas tan equivocadas y dogmáticas que ni siquiera fueron modificadas una vez la pandemia confirmó las falacias sobre “lo bien que va Colombia” […] y la experiencia de 30 años demostrara que han condenado el país al atraso productivo, el desempleo, la pobreza, la desigualdad social y la corrupción” (confidencialcolombia.com, 20 de junio de 2021)
Si estoy acá, muy de mañana, entre los primeros para ejercer mi voto en segunda vuelta para presidente, es porque el 13 de marzo y 29 de mayo tomé la primera decisión sobre las elecciones de que hablaba el senador Robledo en junio de 2021. Con mi humilde voto le diré al mundo que no estoy de acuerdo con que continúen los mismos que han propiciado el atraso del sector productivo, el desempleo, la pobreza, la desigualdad, la rampante corrupción y que me negué a dejarme intimidar para que escogiera entre los dos más malos el menos peor. Con este voto que en minutos depositaré le gritaré al mundo que en Colombia sí hay esperanzas, que lo que nos sobra a los morrocos es Dignidad y que es falso que todas las políticas y todos los políticos sean la misma cosa.
El siguiente, me señalan desde la mesa de votación. Son las 8:15 de la mañana de hoy 19 de junio de 2022. El sol ya asoma para todos por las faldas del Alto de Sanín Villa de la cordillera Oriental.
PRIMER RECREO: No causa rabia porque lo que ya se sabe se sabía. Los que se mostraban hace cuatro años como lo más rabiosos anti políticos de Valledupar hoy como mansas palomas están felices picando en sus manos.
SEGUNDO RECREO: Nuevamente volvieron a robar y destruir las sedes del colegio Jorge Eliécer Gaitán de Aguachica. En esta oportunidad la sede Antonio Nariño del barrio Romero Díaz. Entre tanto, todo bien, todo bien.