
HUECOTÁ
La comunidad bogotana, una de las más ilustradas políticamente de Colombia, se viene quejando por todos los medios de la inundación de huecos que padece la ciudad en estos momentos. Por las redes sociales, por la televisión y demás medios de comunicación están denominando a Bogotá como huecotá.
Es que mantener la red vial urbana de las ciudades es de constante vigilancia, evaluación y acción por parte de las autoridades municipales. Una ciudad sin excelente red de comunicación terrestre es una ciudad que somete a los ciudadanos a pérdida de tiempo al movilizarse, tiempo que podrían emplear para estar en sus casas con su familia, leyendo, estudiando, divirtiéndose; con una malla vial deteriorada los transportadores destrozan sus vehículos, pierden dinero y oportunidades de negocios. Los huecos en las calles generan estrés y enfermedades mentales, los niños que van a la escuela dañan sus zapatos y embarran sus uniformes. Caminar por calles con cráteres genera rabia contra las autoridades y violencia intrafamiliar en las casas. Cuando un vehículo cae a un hueco callejero la casa frente al accidente corre peligro de ser embestida por el carro accidentado. Son miles de millones los que debe pagar el municipio a los afectados por accidentes causados por causa del mal o nulo mantenimiento de las vías por donde se transita.
Por esas y otras muchísimas razones y las nefastas consecuencias para la seguridad, la integridad física, la infraestructura urbana y el presupuesto municipal fue que se instituyó la sobretasa a la gasolina: se estableció el impuesto para que los administradores mantuvieran como una uvita las calles y carreras de las ciudades y pueblos.
La sobretasa a la gasolina tiene su origen en el artículo 5° de la Ley 86 de 1989 que facultó a los municipios para cobrar una sobretasa al consumo de la gasolina motor hasta del 20% de su precio al público; y la Ley 488 de 1998 desarrolló los elementos del tributo. La sobretasa se causa en el momento en que el distribuidor mayorista, productor o importador, enajena la gasolina motor extra o corriente o ACPM, al distribuidor minorista o al consumidor final o cuando éstos retiran el bien para su propio consumo. El legislador previó ese momento de causación porque a partir de allí se sabe en qué lugar se va a consumir el combustible, de acuerdo con el despacho que se haga de la gasolina y el destino que tenga. El hecho generador lo constituye el consumo de gasolina motor extra o corriente o ACPM, nacional o importado en los municipios.
La sobretasa a la gasolina, junto al 4xmil, son ejemplos de engaño descarado al pueblo diciendo que eran temporales, pero a través de leyes, acuerdos y reformas tributarias, los gobiernos nacional y locales extendieron la vigencia del recaudo.
Con tantas modificaciones que ha tenido la ley de sobretasa a la gasolina sus propósitos no se han cumplido. Se han modificado los porcentajes de recaudo, nunca para bajarlos, y la destinación de los recursos, pero las obras que se han prometido con esa plata no se ven. Cada día hay más huecos que calles.
Tienen razón los ciudadanos de Bogotá al quejarse por el mal estado de sus vías porque ellos están pagando un impuesto para que las mantengan en buen estado.
PRIMER RECREO: Se aleja el 19 de julio como fecha de inicio de las clases presenciales. Por orden judicial de tipo cautelar provisional el Cesar tuvo que suspender la orden de iniciarlas. La justicia le dio un respiro para que adecuara las instituciones educativas al tenor de la Resolución 777 del Ministerio de Salud. Pero por acá no se ve nada todavía.
SEGUNDO RECREO: Tenemos nuevo Secretario de Educación municipal. En esta oportunidad recayó la responsabilidad en el profesor José Molina Caviedes. Le damos la bienvenida y le auguramos muchos éxitos.
El profesor Chepe, como le decimos los amigos, reemplaza a una excelente mujer y muy buena funcionaria, la Dra. Liliana Valencia Tapia.