Por Óscar Hernán Pallares Ropero

LA HISTORIA NO ES EL HECHO

    Narrar historias es diferente a ser historiador. El primero lo hace, sea el evento real o ficción, para captar una audiencia. El historiador no busca aplausos ni votos; su preocupación es dejar constancia escrita del suceso o acontecimiento. Eso sí, el historiador no es un ser celestial sin intereses políticos, culturales, sociales, económicos y de toda índole. Eso hace que muchas veces, la mayoría, la historia real de un evento lo describe según su visión del mundo. Y solo hay dos visiones del mundo: una real y la contraria, la ideal.

   ¿Han oído que cada quién habla de la fiesta según como le fue en ella? Pues así es la HISTORIA: Una narración o interpretación de un evento o acontecimiento o una secuencia de ellos descritos por una persona con una concepción del mundo. Es claro que el acontecimiento real no varía así lo narren o interpreten diferente según cómo le haya ido al historiador en él. La muerte de un sujeto propiciada por otro sujeto es un acontecimiento real, infortunadamente muy real cada día en nuestras calles y veredas. Pero la historia que cuenta la fuente oficial de dicho acontecimiento, la Fiscalía, por ejemplo, puede variar con la que conocen las víctimas.

    Ejemplos locales recientes tenemos. Veamos algunos hechos del acontecimiento de rechazo rotundo a permitir que la multinacional Veolia convierta a Aguachica en un basurero protagonizado por los habitantes del sur occidente como Nuevo Amanecer, Los Cocos y otros sin el apoyo ni el acompañamiento de autoridad municipal alguna. Por el contrario, estaban de fiesta en el polideportivo.

     Hecho 1. Ante la magnitud del apoyo popular a la patriótica gesta de la comunidad morroca suroccidental, aparecieron los concejales, los representantes y senadores del Cesar que en estos tiempos estaban encuevados como el morrocoy en verano.

    La historia que ya se cuenta: «Gracias a la delegación que viajó a Bogotá en compañía de los representantes y senadores del Cesar ya Veolia no traerá la basura de Bucaramanga».

    Hecho 2. La clase política de Santander inició en la Comisión V-Cámara un debate político contra el gobierno nacional y los alcaldes de la zona metropolitana de Bucaramanga por la nula política ambiental de la cual El Carrasco es un botón de muestra. Al debate fue invitado nuestro alcalde.

    Qué se está contando: Que «la delegación de Aguachica fue a apoyar al alcalde» en vez de decirse que iba en apoyo a los dirigentes del movimiento NO CONVERTIR A AGUACHICA EN UN BASURERO Y EN CONTRA DE LA MULTINACIONAL VEOLIA, dirigentes y gente que iniciaron la pelea y continúan en la justa lucha.

    Hecho 3. En la práctica la oposición a la multinacional Veolia es una lucha en contra de la privatización del servicio de aseo y por el retorno de la prestación de su servicio a la ESPA.

    La historia que nos cuentan: «El responsable del problema es el alcalde de Floridablanca», salvando de responsabilidad a la multinacional Veolia con su nefasta intención de llenarse los bolsillos a costa de la salud y la vida de Aguachica.

     Son ejemplos de hechos e historias de ellos tomados a las volandas que demuestran que el hecho o acontecimiento siendo cierto y real, aun así, la historia que se escribe sobre ellos depende de quién la escriba.

PRIMER RECREO: No toda unión es para bien en sí; hay uniones en las que mejor es no estar.

SEGUNDO RECREO: Es correcta y saludo calurosamente la posición del alcalde, los concejales, los diputados, los representantes y senadores del Cesar y todas las fuerzas vivas de Aguachica que salieron en apoyo de los dirigentes y al pueblo de los barrios suroccidentales que impidieron que se consumara el crimen ecológico, ambiental y social con la pretensión de inundar de basuras a Aguachica.

CACHADERA DE CLASE: La luz la prendieron y mantienen encendida los habitantes y líderes de los barrios suroccidentales (Nuevo Amanecer, Los Cocos y demás), el camino es el rechazo rotundo a la multinacional Veolia y el destino cierto es la retoma de la prestación del servicio de aseo por parte de la ESPA (empresa que debe seguir siendo pública y con gobierno corporativo).

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