Por Héctor Manuel Lozano Herrera “Pancho”
Si bien, los rellenos sanitarios sirven para la eliminación de los residuos sólidos, su construcción y operación acarrea diversos impactos ambientales que, de no ser mitigados adecuadamente, producen también múltiples afectaciones sanitarias; tal es el caso del Relleno Sanitario de Las Bateas que afecta a las comunidades aledañas y lo más preocupante, a nuestro suelo y por cuenta de malos olores, proliferación de vectores e incontrolado manejo de lixiviados. En Colombia, una de las grandes dificultades que presenta la operación de los rellenos sanitarios está vinculada, entre otras, a la gran cantidad de materia orgánica presente en los residuos sólidos que, en su proceso de descomposición, genera lixiviados y biogás. Se sabe que estas son uno de los mayores contaminantes. Si se depositan en los llamados rellenos sanitarios, de allí se desprenden los líquidos lixiviados y los gases, ambos venenosos y peligrosos para el medio ambiente. Estos rellenos se usaban cuando no había otras soluciones, en reemplazo de dejar las basuras en las calles o de arrojarlas a los arroyos o quebradas. Ya se han inventado tratamientos para las basuras que evitan estos efectos negativos y hasta pueden dar utilidades.
Ahora hay hornos que reducen los residuos sólidos al diez por ciento de su volumen y las cenizas no tienen ningún efecto contaminante. Ese diez por ciento significa que un relleno calculado para veinte años puede durar doscientos, además sin perjuicios ambientales. Hay reactores a altísimas temperaturas que no dejan ningún remanente y cuyos gases se pueden utilizar para generación eléctrica. Pero en Colombia y en nuestro municipio queremos seguir con los rellenos sanitarios y lo más grave, en nuestra localidad se reciben todas las basuras de la región, algo lamentable y solo son migajas representadas en unos pocos recursos que nos dan como compensación, pero es incalculable el daño y deterioro ambiental a futuro, para nuestro municipio y para las futuras generaciones.
Llego el momento de ejercer el control sobre los rellenos sanitarios y debe ser una responsabilidad compartida entre los actores que los manejan e instituciones públicas para fiscalizar de una mejor manera a como se ha hecho hasta ahora. Los municipios y las empresas privadas que manejan los rellenos sanitarios tienen el deber de estar atentos al manejo y desarrollo de estos rellenos sanitarios, sin que esto interfiera en las responsabilidades directas del ministerio de medio ambiente, superintendencia de servicios públicos, corpocesar, entre otras; son responsabilidades compartidas. Aunque hay muchas caras de las cuales uno debería poder confiar, pero desgraciadamente hay irregularidades.
El agotamiento de los terrenos en donde se ubican los rellenos sanitarios, su administración deficiente, el escaso control y la falta de medidas para la gestión de los residuos han contribuido a que no existan soluciones adecuadas y seguras. Por esto, la población también debe participar en la solución del problema y ejercer mayor control, plantear denuncias y hacer un uso más consciente de los residuos que genera diariamente.
Aguachica, debería superar la etapa del relleno sanitario, este genera un gran impacto en: afectación del suelo y el agua; la descomposición de la materia orgánica genera emisiones atmosféricas, la falta de buena cobertura produce vectores y difíciles condiciones sanitarias.
La principal alternativa para superar la “crítica” situación de los rellenos sanitarios tiene que ver con fortalecer las campañas de reciclaje y crear en la ciudadanía una mejor conciencia y cultura sobre el impacto que genera el mal manejo de los residuos sólidos.
En el país se podrían implementar diferentes alternativas de tecnología térmica para la disposición final de residuos sólidos que no tengan un impacto tan negativo para la población y su ecosistema como el que generan los rellenos sanitarios.
Entonces, la solución no es construir más rellenos sanitarios o ampliarlos; es hora de empezar a pensar en nuevas alternativas de manejo para los crecientes volúmenes de residuos sólidos generados en la región y que llegan a nuestro municipio de Aguachica, buscando extraer de estos los materiales recuperables o generar energía y/o combustibles a partir de su tratamiento térmico, tal como sucede países de África y Europa, Hay Esperanzas.