Por Óscar Hernán Pallares Ropero

 NO PUEDE HABER RECREO EN DEFENSA DE LA ESPA

    He estado haciéndole seguimiento al proceso de privatización de la empresa pública de acueducto de Valledupar, EMDUPAR. Una de las empresas que mejor agua ofrecía a sus usuarios. En la semana del Festival de la Leyenda del Vallenato el alcalde de nuestra capital departamental lanzó la bomba de que se la iba a entregar a un operador privado y enseguida saltó la liebre de que el probable beneficiario iba a ser Veolia. Sí, Veolia, la misma que se pasó por la faja a nuestro mandatario y empezó a inundar de basura a la tierra morroca en plena parranda de las fiestas de mi pueblo.

    Ante la presión en contra de la ciudadanía, el alcalde convocó un foro para explicar su plan privatizador. Posterior a él, en el programa de opinión de radio Guatapurí de las 2 de la tarde, dos expertos explicaron las consecuencias del proyecto privatizador.

     El primer argumento del acalde es que se necesita un operador que ponga la plata que se necesita. Pero los panelistas del programa mostraron que esos 60 mil millones no los aportará el operador de su bolsillo sino con cargo a las tarifas. Es decir, los ciudadanos terminarán pagándolos con el alza de las tarifas.   La experiencia, dijeron, muestra que los operadores se comprometen a invertir, no cumplen, los echan las subsiguientes administraciones o se van dejándole la deuda al municipio.

     Otro aspecto que se resaltó es que el operador privado siempre cobra tarifas ajustado al techo tarifario (las más caras) mientras que el operador público por lo general cobra las más cercanas de dicho piso. Por esa razón, al otro día de entrar el operador privado las tarifas se suben hasta en un 100%.

     Con un operador privado la alcaldía pierde el “poder tarifario” y lo retoma el privado.

    Al alcalde también se le rebatió el que la empresa es inviable y los trabajadores y expertos le muestran que como va a ser inviable una empresa que factura 5 mil millones al año. Lo inviable es una empresa manejada con la politiquería que se maneja, dijeron los expertos.

     Tengamos el extintor a la mano porque cuando la casa del vecino se incendia las llamas pronto llegarán a la nuestra, o como dice el refrán popular, cuando las barbas de tu vecino veas pelar, echa las tuyas a remojar.

    Los privatizadores de lo público saben que el negocio es muy malo para el pueblo y que tarde que temprano el municipio tiene que retomar la prestación del acueducto pero que los daños y perjuicios tiene que pagarlo el pueblo. Ejemplos hay por montones de lo que digo. Pero también tienen claro que el negocio es muy bueno para el privatizador. Como dice el precandidato Jorge Enrique Robledo: su ganancia y es la pobreza de todos.

     En Aguachica desde hace rato lo vienen intentando con la empresa de servicios públicos, ESPA, pero últimamente los malos vientos arrecian trayendo noticias de que las aguas morrocas ya empiezan a correr hacia el norte.

     Al menos el alcalde de Valledupar tuvo los pantalones de convocar a la ciudadanía para decirles públicamente que ya tiene apalabrada la privatización de la empresa de los valduparenses.

PRIMER RECREO: De llegarse a concretar la entrega de la prestación del servicio de agua a un operador privado en Valledupar para los morrocos no puede haber recreo en la alerta para impedir nuevamente que se materialicen los anteriores intentos con la ESPA.  

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