Por Héctor Manuel Lozano Herrera “Pancho”
Terminando este año 2021, es el momento de reflexionar y buscar la manera de saber elegir hacia un futuro, una persona con excelentes cualidades y formación humana, con sentido de pertenencia y sensibilidad social, visionario y conocedor de la administración pública, un verdadero líder que oriente y planifique el desarrollo de nuestra ciudad. Les ha faltado capacidad a nuestros gobernantes para poder dar respuesta y contribuir a tener nuestra ciudad de Aguachica como un lugar positivo de encuentro, un excelente espacio donde nuestra población disfrute habitarla, y trabajar, donde existan espacios de recreación, se eduque con cultura ciudadana, convivencia, civilidad y ciudadanía y nos conectemos entre todos de una manera positiva y propositiva. Debemos de hacer de nuestra ciudad un lugar de alta concentración de actividades económicas, de emprendimiento, creatividad y de mucho talento. Son sistemas en los que, a través de la densidad, la interacción y nuestra diversidad, se pueden lograr economías de escala y se impulsaría la productividad, por lo que, son fundamentales como motores de nuestra economía local y regional, a la vez, nos servirían como espacios de conectividad, innovación y creatividad y como un centro de bienes y servicios en la región.
A continuación, presentamos los principales temas a mejorar en nuestra ciudad de Aguachica.
Gobernanza: Aguachica debe ser una mejor ciudad, una ciudad más transparente, de mayor cercanía al ciudadano. Una ciudad que busque los mecanismos necesarios para resolver los problemas de vida de la gente. Conocimiento: Invertir y apoyar la Investigación y Desarrollo. Aguachica debe ofrecer condiciones para ser receptiva y generar los espacios para que la dinámica de la innovación se maximice. Incentivos fiscales para la instalación de empresas innovadoras, fomento a la economía cultural y creativa y al emprendimiento. La Falta de Equidad: La desigualdad en el ingreso y falta de oportunidades de los estratos bajos, lo que lleva a situaciones de segregación. Cerrar estas brechas y equiparar acceso y calidad de servicios públicos, significaría un mejoramiento en nuestra ciudad. Espacios públicos de calidad y para la gente: El espacio público como lugar de encuentro debe adquirir una relevancia única. Revitalizar espacios degradados, incorporar procesos de participación y apropiación en su diseño, teniendo en cuenta aspectos de género y edad, recuperación de zonas para espacios recreativos para de esta manera mejorar la calidad de vida. Conectividad y conexión con la ciudadanía: El acceso de los hogares a las tics y datos móviles representa una oportunidad para la administración local en su relación con el ciudadano y amplía las posibilidades de identificar nuevas demandas, saber cuáles son los problemas y cuáles son las soluciones de manera mucho más rápida y oportuna. No hay posibilidad de desarrollo sin conectividad. Seguridad: Debe de haber un mayor involucramiento de los actores locales en los temas de seguridad, sobre todo en materia preventiva. La posibilidad de diseñar espacios públicos más seguros, realizar inteligencia con el uso de datos y detectar puntos calientes, entre otros, dan sus frutos. Movilidad: Hay un balance entre el mayor bienestar de una ciudad, producto de las ganancias de la aglomeración, y los costos de la congestión vehicular. Movilidad sostenible y equitativa es básico para una mejor ciudad. La priorización del peatón, fomentar el uso de la bicicleta, la formalización y eficiencia del transporte público y una multimodalidad que posibilite la disminución de los tiempos de traslado, son ejes del gran desafío en materia de movilidad urbana. Resiliencia: Tener a nuestra ciudad más preparada para contrarrestar los efectos del cambio climático. Estos efectos adversos, cada vez más frecuentes, son oportunidades para pensar de una manera distinta la infraestructura urbana. Es el momento de incorporar el tema de la sostenibilidad ambiental en los planes de desarrollo. Hay Esperanzas.