Por Óscar Hernán Pallares Ropero

¡ARREPENTÍOS DE COLOMBIA, UNÍOS!

     Todo ser humano tiene derecho a equivocarse. Aunque no está instituido en legislación alguna, a todo el mundo se le debe dar una segunda oportunidad. La expresión latina lo afirma: “Errare humanum est”: Errar es humano, se dice en español.

    Pero el sentido común dice que, si se tiene derecho a equivocarse, se tiene la obligación de no volverse a equivocar. Si a la persona se le da una segunda oportunidad no es para que se amañe equivocándose impunemente.

    Categóricamente se le dice en latín: “Sed perseverare diabolicum”: pero perseverar es diabólico.

    “Errare humanum est, sed perseverare diabolicum”: Errar es humano, pero perseverar es diabólico.

    En marzo 13 se tiene otra oportunidad de elegir un Congreso que por lo menos sea honrado. No es la segunda, ni la tercera; cada cuatro años la democracia colombiana da la oportunidad de no volverse a equivocar.

    En Colombia se volvió costumbre que, al otro día de la elección de los senadores, representantes a la cámara, presidentes, gobernadores y alcaldes, hasta a los dignatarios de la Junta Comunal, se sale a manifestar el descontento con los elegidos y se engrosa el séquito de arrepentíos que juran y comen mocos que no volverán a hacerlo. Votan mal el domingo y esperan que gobiernen bien el lunes, como repite el senador Jorge Enrique Robledo.

     Dado que año a año, elección tras elección, el ejército de arrepentíos crece, me parece que hay una oportunidad para agrupar, organizar, educar y orientar a tanta gente que vota mal y siguen inconscientes de que gobiernan mal porque precisamente se eligió peor.

      Llegó la hora de gritar, Arrepentíos de Colombia, ¡Uníos! Y marchad a votar bien.

    Ya las fuerzas para el 13 de marzo se están alinderando. Votar bien el 13 es fundamental porque esa decisión trasciende para las elecciones de mayo. Pero, ¿qué es votar bien?

     A mi parecer, en primer lugar, hay que salir a votar. El desinterés y la apatía por elegir es agua donde nadan como peces los que han gobernado mal y pretenden que se les avale para seguir haciéndolo. La minoría que gobierna espera que la mayoría no salga a votar, con ello se aseguran vayan a las urnas los que no les interesa el bien común sino su bien particular en el bolsillo.

     Votar bien es pensar primero en el pueblo, en el departamento o en Colombia.

      Aguachica vive un momento crítico mientras los aspirantes ausentes por cuatro años cantan loas por los barrios mostrando y ofreciendo miel, leche y pan a montón. Nada ha cambiado porque no hemos decidido que cambien los mismos con las mismas que siempre han gobernado mal.

    En tercer lugar, votar bien es escrutar cuidadosamente la vida del candidato. No es de embobarse con el futuro bueno que ofrece sino saber qué pasado tiene que le sirva de fiador para lograrlo. Si sabemos que ha legislado en contra del pueblo; que ha jugado con los dineros públicos para su beneficio, no le demos otra oportunidad porque Errare humanum est, sed perseverare diabolicum.

     Empecemos y marchemos para el 13 de marzo gritando, Arrepentíos de Colombia, ¡Uníos!

PRIMER RECREO: En hora buena las obras que se anuncian por montón. Pero, ¿por qué enseñan los proyectos antes de elecciones habiendo tenido dos años para haberlas hecho?

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