Después de las dificultades en época de pandemia, está en servicio la primera casa para la atención de los niños más vulnerables de Aguachica

    La fundación Hogar Divino Amor abrió nuevamente sus puertas para continuar con ese legado que dejó la hermana Dinna Repetti, quien inició esta obra social en beneficio de los niños más necesitados en la localidad.

    Con una primera casa en servicio que alberga 10 niños del municipio, la Fundación dio apertura a sus instalaciones, para brindarles no solo una vivienda digna, alimentación y estudio, sino también amor y comprensión al calor de un hogar.

     Con esfuerzo y el aporte de particulares, asociados, voluntarios y las damas rosadas de Aguachica se ha logrado restaurar las casas que hacen parte de la fundación, siendo así que hoy es una realidad la puesta en marcha de la primera de ellas.

    “Todos están invitados para que nos colaboren con estos pequeños, con mercados, útiles de aseo, aportes económicos y todo lo que quieran donar”, manifestó la hermana Ana Victoria Hernández, quien hace parte de la congregación de las hermanas del Divino Amor.

    La religiosa explicó que los habitantes de Aguachica también se pueden vincular con la estrategia “apadrina un niño”, donde el voluntario hace su donación para la manutención de alguno de los menores.

     La hermana victoria aseguró que los niños que hoy hacen parte de la fundación vienen de hogares con grandes conflictos económicos y sociales, de realidades muy fuertes, donde incluso algunos son hijos de madres y padres con problemas de drogadicción, condiciones de extrema pobreza, huérfanos y menores en estado de desnutrición, es decir, que se han rescatado de un ambiente no apto para su crecimiento y desarrollo.

    Por su parte, la Representante legal de la Fundación, Hermana Yenny Mantilla, agregó que, en este lugar los niños van a tener las comodidades que no tenían en sus casas, una cama limpia, alimentos, ropa y acceso a la educación.

    Es de anotar que esta obra social fue fundada un 5 de mayo del año 1991 y desde entonces hasta la fecha se ha sostenido en el tiempo, gracias a los aportes de los buenos corazones y a través de la realización de actividades como el banquete de la solidaridad, rifas, caminatas, recolección de mercados a través de la parroquia San Roque y la estrategia apadrina un niño.

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