Por Óscar Hernán Pallares Ropero
Entre la irracionalidad de los extremos anida la esperanza
Hace 4 años la primera vuelta para elegir presidente fue el 28 de mayo y los candidatos más sonados eran Sergio Fajardo, Gustavo Petro, Iván Duque, Germán Vargas y Humberto de la Calle. Al igual que hoy, se podrían clasificar en tres grupos con dos extremos: en uno de los extremos estaban los uribistas con Duque y Vargas; la otra punta la jalonaba Petro y en el Centro se ubicaban Fajardo y De la Calle.
Fundamentalmente dos temáticas concentraban la atención de la campaña en 2018: La corrupción y la paz. Esa es la táctica publicitaria engañabobos: poner a la gente a hablar de solo consignas y spots publicitarios y nada de programas a ejecutar.
En torno a la corrupción,
Petro proponía que los corruptos que hayan robado dinero al Estado irían a la cárcel y deberían devolverlos. Por su parte, Duque prometía limitar la contratación directa, desmontar los carteles de únicos proponentes para licitaciones del Estado.
Pero lo que son las cosas. Cuatro años después de tan solemnes promesas, Duque, sin vergüenza alguna, incumplió la promesa que le dio votos al modificar la Ley de Garantías (Ley 996 de 2005) para que sus amigos en alcaldías y gobernaciones pudieran contratar directamente mediante convenios y de esta manera amarrar su fidelidad con el candidato oficial. Y en el otro extremo, y toda la opinión nacional, todavía no sale del estupor por el despropósito del Pacto de La Picota.
En cuanto al proceso de paz,
Duque se afanó en prometer que haría trizas el Acuerdo de Paz y logró que Petro cayera en el sofisma de que era él o aquel, sin más opciones, a tal punto que terminó tratando de desligarse de la acusación de que era castrochavista. Los votos devotos y los que produjeron el miedo insuflado de que nos volveríamos otra Venezuela llevaron a Duque a la presidencia. Pero más duró un merengue en la puerta del colegio que el pueblo castigarle en las calles por sus medidas antipopulares, reaccionarias y contra la civilidad. La pandemia lo salvó de trasnochos mayores.
Venos aquí, a tiro de cauchera de las mesas de votaciones, con los mismos protagonistas en los mismos tres grupos de hace 4 años.
La historia se repite ora para desgracia o para comedia ora para avanzar.
En un extremo el candidato de Duque y Uribe, pero tratando de que no aparezcan en la foto, y en el otro, el impredecible Petro proponiendo que saltemos al vacío.
Afortunadamente entre la irracionalidad de los extremos anida la esperanza.
PRIMER RECREO: Para los cristianos el sábado termina la semana de pasión, muerte e incertidumbre porque el domingo el que vino a morir por todos resucitará para todos. Renacerán las esperanzas. Pero para los autores del Pacto de la Picota apenas comenzarán a vivir la pasión e incertidumbre con el agravante de que son pocas las posibilidades de salir de los improperios propinados a la civilidad.
#SeAcabóElRecreoAguachica