Por Óscar Pallares Ropero
LA VACA DE TOYA
Flaca, en los puros huesos y de mal aspecto andaba por los pastizales de las baldías sabanas del territorio. No tenía dehesas donde alimentarse ni nadie que la llevara a pastar. Solo las baldías hiervas de la llanura impedían que por inanición desfalleciera. Pero había épocas de intensos veranos y los pastizales se convertían en polvo. Eran épocas duras que solía sobrellevar con los pastos privados que entresacaba por entre los alambres de la cerca del otro lado que separaba la sabana de dichos potreros. Siempre esperaba la temporada de lluvia porque sabía que el polvo amarillento de la sabana como por arte de magia se convertía en mullido verde que la alimentaba.
Pero la vaca de Toya se acomodó. Aprendió a calcular los tiempos del cielo con lo cual podía determinar la pradera que reverdecería para pacer en ella. Y le fue bien.
Pero quería más.
Se tornó agresiva con las demás vacas; las ofendía, maltrataba y ofuscaba. No entendía ni a razones ni a pescozones. En muchas ocasiones fue rescatada de abismos a los cuales imprudentemente se asomaba.
Todas las vacas de la sabana tenían como límite de su andar el pantano existente en medio de la sabana. Nadie sabía de él más que era peligroso acercarse y que por accidente o imprudencia se podía caer en él. Dicho terreno era de respeto para todos porque era terrible pantanoso, farragoso, y no era propiamente para las vacas.
Pero la vaca de Toya donde metía la cabeza no metía el cerebro. Y cayó estrepitosamente en el pantano. Quiso probar sí era verdad lo que se decía por la pradera de que vaca que se metiera sin saber caminar en él era vaca muerta.
En su desespero por salir del atolladero, con espanto sentía que más se hundía. Pero no dejaba de patalear. Ya con el fango al cuello recordó lo que los sabaneros enseñaban: “la vaca en el pantano, entre más patalea más se atolla, así le eche la culpa al aguacero”, recordaba la vaca de Toya.
PRIMER RECREO:
Luego de vencer los obstáculos legales y las leguleyadas de mortales, la gobernación del Cesar, muy a su pesar, debe convocar a votaciones para que el pueblo ratifique lo que ha venido pidiendo: REVOCATORIA.
Es algo histórico en Aguachica. Por primera vez en su historia desde la vigencia de la Constitución de 1991 un alcalde es sentado en el banquillo por petición del pueblo y mediante votación popular se decidirá si se le quita o no el mandato otorgado.
SEGUNDO RECREO:
Poco a poco, a medida que hablan como gobierno y no como candidatos se va conociendo que puede suceder en el nuevo gobierno después del 7 de agosto. Reforma Tributaria = Nuevos impuestos, sacar al Sena del Ministerio de trabajo como venía funcionando y adscribirlo al de Educación, poner a pagar otro impuesto a usuarios del celular con planes desde 47000 pesos mensuales….
CAHADERA DE CLASE: Algo pasa en la Secretaría de Planeación y obras cuando nada pasa.