DUÉLALE A QUIEN LE DUELA

Por Óscar Hernán Pallares Ropero

     Está de moda en Aguachica desafiar al pueblo con la frase duélale a quién le duela. Es una forma que creen elegante para gritarle que “me importa un culo lo que piense, lo que diga, lo que le interese, lo que necesite. Yo lo hago así, yo soy así, yo soy el pueblo, duélale a quien le duela y póngala como quiera”.

Es un grito amenazante y con connotaciones peligrosas imprevisibles

     Pero el pueblo es decente. Y responde con elegancia y decencia y argumentos. Se demora en responder porque piensa antes de hablar. Pero responde y cuando lo hace tiemblan los que le insultaban gritándole duélale a quien le duela.

     Se dice que la patria duele. ¿Dónde duele? Puede ser en el cuerpo físico o en el cuerpo emocional. Los expertos afirman que el dolor en el alma es más fuerte e intenso que todos los dolores del cuerpo. ¿Cuánto le duele al pueblo que los alimentos de los niños se los coman los contratistas agiotistas o las ratas? ¿Qué intensidad tiene el dolor de los campesinos que ven perder sus cosechas porque los caminos fueron mal reparados, para que los mandamases queden bien arreglados? ¿Es dolor de patria ver a los niños atravesando quebradas sin puentes, en largos trechos, para llegar al cambuche convertido en escuela? ¿Es físico o del alma el dolor que se siente cuando no hay un centavo para la escuela y sí millones para la guerra, o para la farra, o para la corrupción?

¿Eso es lo que se considera dolor de patria? ¿Ese es el dolor de patria chica?

     “Duélale a quién le duela” es una expresión del poder arrogante y humillante contra la razón. Es un grito de pelea del ignorante que no sabe que la no respuesta en sus mismos términos es la respuesta que no lo humilla, pero lo derrota.

     Pero el dolor tiene fondo y cuando sus límites llegan hasta allá se torna en huracán.

     Duélale a quien le duela o a mí me importa un culo o póngala como quiera es el grito del patán que se pasa el semáforo en rojo; interrumpe el sueño del anciano con sus gritos y música a todo volumen y toda la noche; el de quien destruye el parque, las calles, los escenarios culturales y deportivos. “Los destruyo y qué” le responde al que respetuosamente le llama la atención por destruir los espacios públicos que son de todos.

PRIMER RECREO: Terminaron las fiestas y hay que evaluar su desarrollo. Quién no evalúa no mejora. En próximas oportunidades retornaré al tema.

SEGUNDO RECREO: El voto programático es el mecanismo de participación mediante el cual los ciudadanos que votan para elegir gobernadores y alcaldes, imponen como mandato al elegido el cumplimiento del programa de gobierno que haya presentado como parte integral en la inscripción de su candidatura; y la revocatoria del mandato es la forma que la ley le da al pueblo para que castigue al mandatario que le haya hecho conejo al cumplimiento del programa de gobierno que haya presentado.(Ley 131, de mayo 9 de 1994, artículos 1 y 2).

CACHADERA DE CLASE: El 16 de agosto fue un día laboral para los colegios de Aguachica. Muchos niños menores de 15 años llegaron a las instituciones enguayabados. Habían estado en el baile de la noche 15-16 hasta las cinco y seis de la mañana. Responsables los padres de familia que no ven por sus hijos y las autoridades que permiten la entrada de menores de edad a eventos donde se expende licor.

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