Por: Diógenes Armando Pino Ávila

    No sé que percibirá el colombiano en general, pero lo que en los últimos días percibo, al encender la televisión y pasar de un noticiero a otro, es que inmediatamente me doy cuenta que el país ha cambiado, que no vivimos en la misma Colombia de hace dos meses hacia atrás. Los pronunciamientos que uno escucha, la vehemencia como lo dicen, puede convencer a incautos e incluso llenar de emoción y con ojos aguanosos y moco tendido podíamos ponernos de rodilla y elevar plegarias dando gracias a Dios por el cambio de postura y pensamiento de los sectores más rancios, recalcitrantes y de derecha ortodoxa.

     Es que es asombrosa la prosa discursiva de los sectores económicos, empresariales e industriales que claman por una Colombia justa y sin hambre, por primer vez hay la coincidencia entre comerciantes, industriales, banqueros de preocuparse por la generación de empleo, salario justo, vivienda para las clases pobres, tierras para el campesinado, alimentación para los niños y otro rosario de discursos en defensa de las clases deprimidas que históricamente han soportado el enriquecimiento de los de arriba.

    Asombra la oratoria de los terratenientes, ganaderos y empresarios agrícolas sobre el respeto a la propiedad privada, contra la toma o invasiones de tierra, lo que me parece legal, pero salta la duda y asoma la pregunta, cuando los campesinos eran desplazados violentamente de sus parcelas, ¿se quejaban estos gremios con la misma vehemencia? No recuerdo que lo hayan hecho, por tanto, me reafirma el cambio de postura y pensamiento. Sobresale el discurso sobre la generación de empleo y la defensa de los ingresos a los trabajadores que hacen ahora mismo los gremios y nos asalta la duda. ¿Cuándo recortaron las extras, los dominicales y feriados pregonaban lo mismo? No lo recuerdo.

    Agudizamos el recuerdo y escudriñamos el pasado buscando muestras de coherencia del antes y el ahora cuando los pacientes de escasos recursos morían en las puertas de hospitales y clínicas por falta de atención, ya que las EPS eran renuentes a prestar o contratar el servicio, no encontramos que los gremios y los poderosos se hubieran quejado, ahora todos defienden la salud de los millones de compatriotas que no tiene como acceder a la medicina prepago y altas pólizas de salud. Se volvió común escuchar de parte de dichos gremios la defensa de las pensiones de los pocos colombianos que logran hacer ese ahorro para acceder a una vejez tranquila, se desgañitan defendiendo el derecho a la pensión y el uso de esos fondos, mientras que dos meses hacia atrás no se encuentra una queja, un pronunciamiento de estos conglomerados, cuando el colapso de Chirajara y otros sonados casos donde se ponía en riesgo dichos recursos.

     En cuanto a la parte política se escucha últimamente el pedido de transparencia, discusión amplia y lectura minuciosa de los proyectos de Ley que el nuevo gobierno presenta al Congreso, ese discurso va acompañado de citaciones éticas y morales contra la coalición de gobierno. Esto nos obliga a mirar retrospectivamente que decían los congresistas de derecha, cuando las “jugaditas del “Bachiller Macias”, el articulito y otras piruetas non sanctas comunes en el periodo legislativo anterior.

      Que el presidente Petro y la Vicepresidente Francia, compraron colchones, ropas de cama para cubrir los lechos de las residencias de gobierno, que la prensa escandalice por la renovación y compra de menajes de cocina y comedor para la atención de la cocina del nuevo gobierno, me parece cursi e infantil.  Pareciera que con ese mensaje se tratara de ningunear a Petro y a Francia por su origen popular, pareciera que dijeran que podían seguir usando los mismos arropijos del gobierno saliente, desconociendo ex profeso y con intensión de confundir, que por higiene esto debe hacerse, es más agrego de mi cosecha, era perentorio hacerlo por salud ya que la inutilidad se contagia. Concluyo diciendo que hay una aparente nueva Colombia donde los poderosos, los adinerados, los que han usufructuado el poder se preocupan en los últimos días por los colombianos de a pie. ¡Milagros que hace Petro con su Reforma Tributaria que toca a los poderosos en sus bolsillos!

    Desde mi remota época de estudiante de secundaria, había escuchado decir que la burguesía colombiana era la más inteligente de Latinoamérica, yo lo creía, pero hoy tengo dudas, pues creo que piensan que el pueblo sigue siendo tan crédulo como de comerle cuento a sus discursos falsos, y me reafirma la duda, el que no sean capaces de comprender la visión “lampedusiana” de «Para que todo siga igual es necesario que todo cambie», que quiere decir: debe haber cambios graduales que alivianen la carga y el sufrimiento de los pobres, para que ellos, los gremios, como acaudalados sigan manteniendo algunos privilegios.

Artículo anteriorPrimera C de Aguachica a un paso de clasificar a la cuarta fase del torneo nacional Difútbol
Artículo siguientePésimo estado de las vías en zona rural de Aguachica

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí