La soberbia del alcalde cada día está más alimentada por la sumisión de quiénes por necesidad del trabajo, por ostentar un cargo para mostrarse profesionalmente o mantenerse en el gabinete municipal, han tenido que doblar rodilla y obedecer, a costas de su buen nombre y reconocimiento como profesional en cualquier área.

     La dinámica de rotación y oxigenación del gobierno Primero Aguachica, ha sido errática, cruel y despiadada para quienes pensaron que al asumir determinado cargo, podría desarrollar todo su talento y capacidad para de ésta manera aportar a las metas y propósitos de llevar a Aguachica al sitial que se merece, pero a tres años de gobierno, los que han pasado por alguno de los altos cargos del municipio, han tomado las mieles amargas del poder, entraron a la peor encrucijada de su vida, de nada les han servido los elogios, reconocimientos y lágrimas de amor por ésta tierra, ya que cuando les toman posesión, ingresan a un círculo infernal que tienen que soportar. Esta nueva etapa profesional de sus vidas está desbordada en humillación y degradación como personas, pues se ven obligados a tener que deponer sus mejores intenciones, para asumir el rol de firmones.

     Ocurrió con la primera Directora que designó para DASA, la asfixió de tal forma que la llevó a tomar la decisión de renunciar al cargo, lo mismo ocurrió con la siguiente designada, esta misma situación ocurrió en la oficina de Planeación, ya lleva tres nombramientos y ninguno ha sido visible, así mismo ha pasado en la Empresa de Servicios Públicos de Aguachica “ESPA”, cero y van tres gerentes sin autonomía de vuelo.

      La primera secretaria de educación, también sufrió la persecución implacable del mandatario, todo por el hecho de pararse en la raya y ejercer su cargo con rectitud y no prostrase para firmar el oscuro negocio del transporte escolar, la presión psicológica quedó evidenciada en las últimas declaraciones que dió a los medios de comunicación local como titular de ese cargo.

      Recientemente, el rayo volvió a caer en el Instituto Municipal de Tránsito y Transporte, en esta entidad también van tres decapitaciones y para justificar estas renuncias, el alcalde Robinson Manosalva saca a esgrimir el mismo argumento – casos de corrupción en esa entidad -, pero la directora de ese entonces YEIMI RUBIO, denunció el 29 de octubre del 2020 ante la Fiscalía general de la República y entregó nombres de las personas que estarían involucradas en el desvió a cuentas particulares, de más de ciento nueve millones de pesos, investigación que aún se encuentra engavetada, pues el ente investigativo a la fecha no se ha pronunciado. Esta investigación al parecer al señor alcalde de Aguachica muy poco le interesa, pues nunca se le ha escuchado pronunciamiento a favor o en contra de dicho desfalco al tránsito. Esta misma suerte le corrió al director Carlos José Jiménez Barrera, a quien el mandatario municipal lo puso en la picota pública para justificar su salida del cargo.

     La película sigue siendo la misma, tiene el mismo director y lo único que cambia es el protagonista. Como no recordar las palabras del alcalde Manosalva Saldaña cuando posesionó al último director – José Olimpo Vargas Serrano-, se desbordó en elogio y con todos los hierros se comprometió a recuperar el Tránsito, que él daría todo el apoyo para que esa entidad saliera adelante. Ese matrimonio duró algo más de tres meses, el director Olimpo se vio obligado a presentar su carta de renuncia a ese cargo, pero como el que manda manda, aunque mande mal, desconoció la decisión del hoy ex Director, sencillamente, lo declaró insubsistente y lo hizo a su mejor estilo, enlodando su buen nombre, se enjuagó la boca con él, que lo único malo que hizo, fué aceptarle el cargo, para trabajar en equipo.

     De verdad, no es justo la forma como han salido muchos de los funcionarios del gobierno Primero Aguachica, han salido por la puerta de atrás y todo por la soberbia de quién rige los destinos del municipio. Los resultados…saltan a la vista.

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