LA IMPORTANCIA DE SABER LEER
Por Óscar Hernán Pallares Ropero
A la alcaldía de Aguachica, Magdalena, llegó un telegrama que fue recibido por el señor secretario privado. El remitente era el departamento y por eso el secretario lo leyó expectante. Al terminar se lo echó al bolsillo de la camisa, manga larga, porque un funcionario de la alcaldía no podía estar vestido como cualquier parroquiano y menos, peor vestido que él; se secó el sudor de la cara y salió presuroso y nervioso para el despacho del señor alcalde.
Hay que convocar reunión de urgencia. Recibí telegrama del señor gobernador, le dijo, agitado. Nos impele a recibir como Dios manda al representante de él que arribará a Gamarra por tren.
No había terminado de explicar el contenido del telegrama cuando ya estaban los notables del pueblo sentados a la mesa junto con el equipo gubernamental. La primera decisión que se tomó fue la de organizar todo en absoluto secreto, no vaya a ser que los de Gamarra se enteren y nos toque compartir la presencia de tan importante personaje. Y así se hizo.
El día del anunciado arribo, a Gamarra llegaron los de Aguachica en Cable Aéreo y de gala vestidos. La banda con sus mejores toques animaba en La Estación. Al ver tanto glamur morroco, los gamarenses se preguntaban a qué se debía tanto despliegue. El alcalde se contrarió al reconocer a un representante de Río de Oro y más cuando divisó a los de la alcaldía de Gamarra. Con mirada inquisidora le preguntó al Secretario qué era lo que estaba sucediendo, este le respondió que no sabía con el característico gesto de levantar los hombros. Si alguien les dijo, no fui yo, pensó responderle, pero se abstuvo.
El burgomaestre no se aguantó y al saludar al de Río de Oro, le preguntó, simulando desinterés, el motivo de su estadía en La Estación del tren. Por el mismo motivo que vos estás acá, le contestó. En el tren llega un toro reproductor que el gobernador manda para Gamarra, Río de Oro y Aguachica. No se dijo más. A paso de trote se dirigió hasta donde estaba el secretario y a grito tendido le preguntó: ¿Qué carajos fue lo que leyó en el telegrama? Asustado, el secretario sacó del bolsillo el telegrama y se lo pasó al maestro Pereira que hacía parte de la comitiva. A la letra leyó: Sírvase esperar tren de Santa Marta lleva reproductor de parte del señor gobernador.
A la fecha no se sabe en qué y con quién se vino el señor secretario; lo que sí es seguro es que con la comitiva no; tampoco fue a recoger en la casa de la señora Ana Vicenta Ramos de Pereira el almuerzo que con tanto esmero y sigilo se había preparado para tan especial representante del señor gobernador.
No es Historia, es una historia que escuché hace algún tiempo y de la memoria me llegó en estos días. Es oficio de los historiadores determinar si puede documentarse como historia tropical local o sigue en la memoria de muchos como simples cuentos de esquina.
PRIMER RECREO: Saber de la historia moderna de Aguachica desde los archivos municipales es más complicado que la primogénita. Se volvió costumbre despedirse del cargo a lo Donald Trump: o llevándose o destruyendo los archivos.
SEGUNDO RECREO: La inseguridad reina en Aguachica. No hay día que no se conozca de robos, atracos, penetración a las casas por los techos; de robo del cableado eléctrico, tapas de alcantarillado, de los registros de agua y rejillas de los colectores de agua; no descansan las noticias de distribución de alucinógenos a ojos vista, ladrones pavoneándose orondos delante de las autoridades. Todo lo que se puede vender rápidamente y sin ningún control es objetivo para el hurto.
CACHADERA DE CLASE: Gracias a las personas que han fundado escuelas de formación deportiva un buen número de niños y jóvenes dedican el tiempo libre a formarse en baloncesto, natación, fútbol, patinaje, ajedrez. Practicar una disciplina deportiva desde niños forma el carácter, afianza normas de disciplina, coadyuva a la formación de la responsabilidad. Esos personajes directores de dichas escuelas tienen mi reconocimiento y deben contar con el apoyo de todos.