El 12 de junio, a los 87 años de edad falleció en el corregimiento de Costilla, jurisdicción de Pelaya, Cesar, Rafaelino Oviedo Corrales, uno de los acordeoneros de la dinastía Oviedo Corrales.

      Rafaelino, desde que tenía ocho años ejecutaba el acordeón, y en compañía de su abuelo, el padre y cinco hermanos le sacaban melodías al instrumento en medio del hastío y la soledad del remoto caserío; así fue que se convirtió en un gran maestro, sin embargo, a su mamá, no le gustaba la idea de que se convirtiera en un parrandero, porque ya el acordeón y sus cantos se difundían de pueblo en pueblo y decía que descomponía a la gente sin piedad.

     Sin embargo, Rafaelino instruyó a su hermano menor, Emilio Oviedo Corrales, a quien conocemos hoy en día como uno de los más grandes precursores de la música vallenata y un descubridor de talentos que contribuyó para que esta música tuviera mayor difusión y más influencia en el país y el exterior.

    Su sepelio, se realizó el 13 de junio desde las 4:00 de la tarde en el Cementerio del Corregimiento de Costilla, tierra que tanto amó, donde vivió sus últimos días, y donde lo recuerdan como el maestro del acordeón, el maestro amigo, quien les enseñó y de quien escucharon las primeras notas de acordeón.

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