Por: Diógenes Armando Pino Ávila

    Esto de las redes sociales es un caso curioso, donde se dan hechos interesantes dignos de analizar, comentar y manifestar el clásico “Me gusta” o en caso de no gustarnos, lo que no quiere decir que no sea interesante, se puede comentar con mesura y sobre todo con respeto por la persona que lo emitió o, sencillamente ignorarlo porque no se está de acuerdo y punto.

    En la práctica no es así, en la cotidianidad de las redes sociales, se encuentran publicaciones agradables y desagradables, las que según el gusto y criterio del lector, son comentadas copiosamente con frases de aprobación y muchos “Deditos arriba” , pero en el hilo de la misma se encuentran comentarios desagradables, subidos de tono, insultantes, llenos de odio y resentimientos, donde se denota la frustración de quienes esperan el unimismo de criterios y desconocen las diferencias individuales y el derecho a expresar libremente lo que se piensa o siente como persona.

    Tengo la costumbre de dar me gustas y hacer comentarios cortos en las publicaciones que encuentro interesantes y en las que no estoy de acuerdo, sobre todo en el caso de noticias falsas o sesgadas de la prensa tradicional, no hago un comentario personal, sino que doy como respuesta noticias publicadas, ajustadas a los hechos, donde se desmiente la falacia o el deseo de desprestigiar a personas o funcionarios probos, con ello evito la confrontación de tipo personal pues en algunas ocasiones he recibido insultos y epítetos no publicables, pero teniendo en cuenta de quienes venían preferí no responderlos o lapidarlos con algún sarcasmo.

     Analizando los perfiles de personajes de la política en X (antiguo Twitter), Facebook, y otras redes, y ver la andanada de respuestas insultantes y las de respaldo, me preguntaba a qué le apostaban esos personajes (La Cabal, Polo polo, JP, Vicky, Uribe, Etc.), no entendía la finalidad de recibir el repudio de tanta gente, e ingenuamente pensaba —Yo no resistiría tal repulsión casi que generalizada— Por el otro lado veía las redes de Petro, Gustavo Bolívar, Cepeda, Piedad Córdoba y otros y veía igual comportamiento en las respuestas y comentarios.

    “La curiosidad mató al gato”, dice el dicho, por ello decidí probar y en un canal de TikToK donde acostumbro a leer poemas de reconocidos poetas y de paso leo algunos de mis poemas y trato de visibilizar a poetas amigos, (que todavía no han tocado la puerta del cielo y de la fama), pero que son buenos poetas, personas sencillas y de alma blanca que blanden la pluma como arma de paz y de amor en este convulso mundo de hoy y de ahora, les decía, decidí probar en carne propia el fenómeno de las redes que vengo narrando.

     Subí a @pinoprofe mi canal de TikTok una foto de un meme que decía “Mi familia y yo confiamos en Petro Presidente” y, no lo van a creer, los poemas publicados tienen quinientas, trecientas o doscientas reproducciones y respuestas, mientras que esta foto musicalizada que publiqué el día 4 de agosto de este año lleva diecinueve mil respuestas y todavía siguen opinando en ella, en una competencia de insultos y apoyos impresionante, situación que una mente civilizada no logra digerir así por así.

      Analizando el comportamiento de las respuestas veo que los apoyos y respuestas de aprobación son mesuradas, cortas y serenas, mientras que las respuestas insultantes son de un talante de odio, aunque algunas usan lo que pretende ser un sarcasmo. Me di a la tarea de matar el ocio, escogiendo algunos perfiles representativos de los dos bandos y encontré gente con aparente preparación intelectual en los dos bandos, encontré personas de diferentes posiciones económicas, encontré perfiles falsos, es decir bodegueros que atacan, insultan sin dar la cara pues usan el pasamontaña del que sabe que está haciendo daño y por ello esconden su identidad.

    Lo curioso de todo es que encontré al visitar los perfiles, que los más enconados atacantes, los más llenos de odio son personas de poca preparación intelectual y lo que mayormente me sorprende es que los insultos en su mayoría provienen de personas de bajos recursos económicos, — lo digo, por el contenido de los videos que publican —, algunos de estos juegan en las redes una vida de apariencia posando de gente de fortuna. Eso lo entiendo como si las redes sirvieran como vía de escape para vivir un mundo de apariencias y buena situación que la vida y el sistema le ha negado a estas personas.

    El resultado de esta prueba me lleva a concluir que una forma de atraer audiencia y seguidores en las redes es publicar temas controversiales y políticos, ya que estos temas atraen al morbo de la sociedad, por ello los políticos, como lo saben lo utilizan y lo hacen muy bien.

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