Apreciados lectores, el objetivo principal de este texto con mis asesores periodísticos Wicho y Moncho con todo respeto es darle el calificativo como lo menciona el título, al señor Jaime Alberto Cabal y la Junta Directiva de Fenalco que han actuado con inmensa torpeza. Si yo estuviera en la asamblea del gremio, votaba para que los despidieran a todos ya. Por torpes, han puesto a los comerciantes del país en una situación de confrontación feroz con el Gobierno nacional. De aquí en adelante, salvo que cierren está herida de alguna manera, lo que parece imposible, los comerciantes, en los tres años que vienen, estarán en una situación de confusión, de debilidad estratégica y de incertidumbre. Por culpa del señor Cabal y la Junta Directiva de su gremio.

¡Yo los despediría a todos ya! ¡Por torpes! ¡Por necios!

     Les explicamos porqué surge la pregunta ¿Los comerciantes, enemigos del presidente?

El fiscal Francisco Barbosa Delgado fue la figura preponderante, central, el principal orador invitado al evento del Congreso Nacional de Comerciantes Empresarios, un evento organizado por la Federación Nacional de Comerciantes y Empresarios de Fenalco, desarrollado en Cali. Su presidente, Jaime Alberto Cabal, y su Junta Directiva, además, de condecorarlo, le hicieron una distinción solemne, lo galardonaron. Todo era sonrisas y abrazos, y los asistentes, por lo menos los que se veían en las primeras filas por la televisión, aplaudiendo con frenesí.

    Celebraban a un funcionario público que, en funciones, llama, directa o indirectamente, criminal al presidente de la República.

     A mi entender, lo que el fiscal Barbosa viene afirmando en los últimos meses es que las políticas de Estado del actual presidente de la República ¡promueven el narcotráfico y la criminalidad!

   Nada menos. Y le ha señalado al primer mandatario su pasado guerrillero, su “rabo de paja”, lo llamó, como una especie de llaga moral que lo haría ilegítimo o inapto para ser el primer mandatario del país. A diferencia de él, que es impoluto.

    Todo esto, siendo fiscal. Es decir, valiéndose de la Fiscalía para hacer política y proselitismo.

     “No contento con eso saludó a los presentes, entre estos, a los directivos de Fenalco, a “mi equipo directivo”, a “mi esposa” y a otros más, distinguiéndolos con el apelativo excluyente de “(la) gente decente que tiene Colombia y no (los) criminales”. Echó su repetitivo cuento ilusorio sobre las batallas que se ha fajado para “defender la institucionalidad contra la barbarie”; se vanaglorió de haber “transformado a la sociedad” con su fiscalía, la cual “está —gracias a él— en el corazón de los colombianos”, e insultó, como ya es su costumbre pero con más grosería, al jefe de Estado a quien llamó “el presidente de los presos”; incluso relacionó, innecesariamente y con intención de herir, al hijo del mandatario sin consideración a los principios de neutralidad de la justicia y presunción de inocencia puesto que el encartado no ha sido, aún, condenado por un juez.

    Pero volvamos a la intervención en política electoral del que clama por la independencia de poderes: casi al final del salpicón que hizo de su discurso deshilvanado, el “salvador” de la República nombró al candidato de su preferencia: “Le decía, al doctor Federico Gutiérrez que nos acompaña (en primera fila) … porque hablé con él a propósito de la amenaza contra su vida y su familia, que cuente con la Fiscalía General de la Nación, doctor Federico. Un fiscal ya envió una comunicación a la UNP para que le fortalezcan sus esquemas de seguridad y los de su familia. Investigaremos rápidamente. Ya priorizamos esa investigación … le doy una respuesta rápida … diciéndole (sic) a las entidades respectivas que lo protejan. ¡Que ponga la cara el director de la UNP y rápidamente le haga sus estudios para que se fortalezca su seguridad!”. Nadie es tonto en política: la alusión a Gutiérrez fue un llamado electoral a proteger a la “víctima”.

    Lo que no puede admitirse es que el favorecimiento indebido sea aceptable en unos y censurable en otros. Colombia hipócrita”. O todos en la cama o todos en el suelo, (Cecilia Orozco Tascón).

     ¿Con qué cara va a ir el señor Cabal a la Casa de Nariño, la próxima vez que lo convoquen? ¿Con qué cara va el señor Cabal a defender los intereses de los comerciantes colombianos ante los funcionarios del Gobierno? ¿Con qué cara va el señor Cabal a discutir las reformas que está proponiendo el Gobierno, si ya tomó partido por quien ha dicho que el presidente de la República promueve la criminalidad?

    ¿Eso es lo que debe hacer un gremio? ¿Es inteligente haber hecho eso, de parte del presidente de Fenalco y su Junta Directiva? ¿Eso que pasó representa la postura de todos los comerciantes del país? ¿De toda la sociedad caleña?

    Yo no digo que Fenalco se convierta en el comité de aplausos del presidente Petro. Claro que no. Pero forzar a todo el gremio a adherirse desde ya a la candidatura presidencial de Barbosa, que es la lectura que puede tener esto, es una descachada monumental.

    Los comerciantes, ¿enemigos del presidente?

FUENTE: El Espectador

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