Por: Diógenes Armando Pino Ávila
Signados por la magia del Caribe, el hombre de la costa norte colombiana, mantiene en su oralidad una serie de relatos que dan noticias de una herencia africana con la creencia de un más allá y un más acá, lleno de misterios y espiritualidad que sincréticamente logra argamasarse con la ritualidad de los pueblos originarios de adoración a deidades y pagamentos de agradecimiento a sus dioses por el cuidado de su pueblo, la esplendidez de sus cosechas y la preservación de su hábitat, pero la cosa no para ahí, pues el componente venido de Europa nos trae sus dioses y demonios envueltos en la fe, las culpas y los pecados donde se distingue el bien y el mal.
Es allí, creo yo, donde nace la magia caribe, asentada en todo su territorio y más que todo en ese Caribe sin mar de los pueblos de tierra firme que hacen parte de esta geopolítica caprichosa colombiana. En esos relatos mágicos de nuestro entorno, encontramos que nuestros abuelos mitificaban y admiraban a algunos personajes que trasgredían las normas de conducta de la época y que esos relatos han sido conservados y preservados por la tradición oral. Personajes que tenían conocimientos en ciencias ocultas, magias y sortilegios, que curaban picaduras de culebras, paraban la sangre en eventos hemorrágicos, capturaban brujas, saneaban cultivos plagados de gusanos, todo ello con el conocimiento de rezos y oraciones mágicas que heredaban de algún abuelo o vecino sabedor y portador de estos saberes.
Algunos de estos relatos narran casos de personajes que sabían secretos para pelear a las trompadas e iban de pueblo en pueblo, emparrandados buscando rivales que tuvieran su misma fama para desbancarlos de su sitial en confrontaciones que llamaban “juego de manos” que no era otra cosa que una pelea a trompadas, algunos de esos personajes, tenían incrustados en sus antebrazos, decían los abuelos, algo que llamaban “niño en cruz”, lo que potenciaba una fuerza descomunal haciéndolos invencibles en la pelea. Otros por sus dotes mágicos y saberes desafiaban o eran desafiados por el mismísimo diablo, en contiendas que iban desde el toque de tamboras, el acordeón o la improvisación repentista de versos, como el caso de Francisco Rada (Pacho Rada) que andando de noche escuchó música de acordeón y vio dos tizones incandescente que le seguían y supuso que era el diablo, entablando un duelo musical del que logró salir vencedor cuando tocó el credo al revés, Pacho Rada sostenía que por ese episodio alguien dijo, refiriéndose a él: «Francisco Rada es ya un hombre» y, a partir de ahí, le llamaron Francisco El Hombre.
La Historia de Pacho Rada se repite con Francisco Moscote Guerra (Francisco el Hombre) que venció al diablo en una piquería en solitario una noche cuando hacía la travesía en su burro de Riohacha a Machobayo y para ganar tuvo que cantar El credo al revés, o el caso narrado por el periodista y abogado nacido en Guamal Magdalena, Antonio Brugés Carmona que cuenta la historia de Pedro Nolasco Padilla, el que andando a caballo de Maracaibo a la Guajira tuvo en solitario su propio duelo con el diablo y durante ocho días cantaron sin vencedores terminando el duelo cuando pactaron que Pedro Nolasco vendía su alma al diablo a cambio de dinero y fama.
Aquí en Tamalameque le escuché a Cervantes, así se le conocía, un hombre que siempre andaba alicorado y que posaba de “curioso”, nombre dado a los que curan “males supuestos” arreglan hogares, y enamoran con “secreto”. Un día, en compañía de unos jóvenes amigos, lo rodeamos en el parque central de mi pueblo y lo interrogábamos amigablemente entre sorprendidos y burlones, sobre sus dotes de adivinador y de brujo. Uno de los muchos relatos que nos contó fue el de su pelea con el diablo, donde el demonio lo golpeaba y el a pesar de ser buen trompeador no lograba pegarle ni un golpe, hasta que recordó que al diablo hay que pelearle al revés, es decir, decía él, no darle el puñetazo de frente, sino dejarlo pasar para luego golpearlo en lo que en el lenguaje popular llamamos los moradores de la Depresión Momposina “al revés de perro”, contaba que cuando empezó aplicar esa técnica de peleador callejero, el diablo comenzó a sentir el castigo y en un golpe fortísimo que le propinó, Satanás cansado le dijo: «Lo que tienes te sirve Cervantes» y se rindió, siendo Cervantes el ganador de tremenda pela que no vio nadie pues se dio en despoblado y de noche.
En cada pueblo de la costa hay historias parecidas, contadas por los abuelos, historias de personajes reales que narran pasajes mágicos, historias fantásticas donde subliman o sublimaban sus deseos reprimidos de libertad, sus necesidades de subvertir las normas de su época para emular la trasgresión que estos personajes hacían de todo formalismo, pues se emborrachaban a diario sin tener trabajo conocido, se llevaban las mujeres más bonitas del vecindario y eran los mejores en lo que hacían, toque de instrumentos musicales, trompeadores, mejores vaqueros, o mejores brujos de la región.
Déjanos saber, historias de tu pueblo