Por: Fabio Alonso Vergel Serna – economista
Conversando sobre economía con mi nieto Pablo y a raíz de la elección del ocupante de la Casa Rosada Javier Milei como presidente. Le cuento que hay mucha similitud desde el punto de vista económico que contribuyeron sus triunfos.
Pablo me dice ¿Cómo atrajeron a los votantes Adolf Hitler y el Partido Nazi a principios de la década de 1930?
Le cuento a Pablo que un desequilibrado Tratado de Versalles, la crisis económica de 1929 —lo cual provocó que más de un tercio de la población activa alemana quedara en DESEMPLEO— y los efectos de la HIPERINFLACIÓN dieron rienda suelta a la aparición de populismos en época de paz. Desde 1932, las campañas nazis se basaban en criticar no solo al gobierno, como cualquier otra oposición, sino a deslegitimar la validez de la República de Weimar para poder solventar los problemas de la nación.
«El sistema existente era una estafa, gritaban los nazis, y los partidos eran las marionetas de los grupos de presión, en particular, las grandes empresas y los grandes sindicatos. Los principales partidos habían vendido al granjero, al tendero y al trabajador a las grandes corporaciones y a los corruptos jefes sindicales». «¿Qué había traído esta democracia sino una cadena ininterrumpida de desastres económicos, luchas sociales y una opresión internacional humillante?», se preguntaba Hitler.
Alemania celebró elecciones parlamentarias en septiembre de 1930. Los nazis ganaron 18% de la votación.
Adolf Hitler y los nazis prometían lo siguiente:
Arreglar la economía y volver a poner a la gente a trabajar.
Devolver a Alemania a su posición de gran potencia europea e incluso mundial.
Recuperar el territorio que Alemania había perdido en la Primera Guerra Mundial.
Crear un gobierno alemán fuerte y autoritario.
Unir a todos los alemanes bajo criterios raciales y étnicos.
¿Cómo llegó Hitler al poder en 1933? Pregunta mi nieto Pablo.
Los nazis siguieron atrayendo votantes a principios de la década de 1930. En las elecciones parlamentarias de julio de 1932, los nazis ganaron el 37% de la votación. Estos fueron más votos que los que recibió ningún otro partido. En noviembre de 1932, la proporción de los nazis bajó a un 33%. Sin embargo, siguieron siendo más votos que los que recibió ningún otro partido.
Los éxitos electorales del Partido Nazi hicieron que fuera difícil gobernar al país sin ellos. Hitler exigió ser nombrado canciller. Al principio, el presidente alemán Paul Von Hindenburg se opuso a esta exigencia. Sin embargo, finalmente cedió y nombró a Hitler canciller de Alemania el 30 de enero de 1933. Se equivocaron al pensar que podrían controlar a Hitler.
En enero de 1933, Hitler no se convirtió de inmediato en dictador. Cuando se convirtió en canciller, la constitución democrática de Alemania todavía estaba en vigor.
El presidente Hindenburg murió en agosto de 1934. Hitler se proclamó Führer (líder) de Alemania. A partir de ese momento, Hitler fue el dictador de Alemania.
Pablo mi nieto pregunta igualmente ¿Cómo logró Milei este vertiginoso ascenso a la cúspide del poder en su país? Le respondo que hay al menos tres factores que lo explican:
1. La crisis económica
Argentina atraviesa una grave situación económica y social, con dos de cada cinco personas viviendo en la pobreza y una tasa de inflación anual que llegó a 143% en octubre.
Se trata de la tercera gran crisis de este tipo que el país pasa desde que recuperó la democracia hace 40 años, tras la hiperinflación que anticipó el fin del gobierno de Raúl Alfonsín en 1989 y el estallido social que provocó la caída del presidente Fernando de la Rúa en 2001, señala el analista político argentino Rosendo Fraga.
“Milei aparece como una alternativa en donde lo económico y social está aún peor que en las dos oportunidades anteriores”, dice Fraga a BBC Mundo.
La importancia de esta crisis en las elecciones aumentó desde que Massa fue nombrado candidato oficialista siendo al mismo tiempo el ministro de Economía del país.
Massa sorprendió de todos modos al ser el candidato más votado en la primera vuelta de octubre.
Pero fue imposible para él disimular los desequilibrios que enfrenta Argentina y que incluyeron algunos días de escasez de combustible durante la campaña por el balotaje (Milei afirmó que eso era una “postal del futuro” si el peronismo seguía en el poder).
En este contexto, la mayoría de los votantes se inclinaron por el cambio drástico que propuso el libertario, que incluye dolarizar la economía, cerrar el Banco Central y recortar el gasto público en un 15% del PIB.
2. El discurso rupturista
Además de las promesas de liberalización económica, Milei esgrimió un discurso anti establishment con duras críticas a lo que denomina “casta política”.
“Milei logró desde su irrupción a la arena pública, cuando fue electo diputado, diferenciar una narrativa política muy distinta, comfrontativa del sistema”, dice el politólogo argentino Sergio Berensztein a BBC Mundo.
Milei respondió directamente en el acto de cierre de su campaña a los rivales que sostenían que él representaba el riesgo de un «salto al vacío» para Argentina.
“¿De qué riesgo me hablan? ¿De qué salto al vacío? Si nos estamos yendo al mismísimo infierno”, dijo a sus seguidores en Córdoba.
Milei entusiasmó sobre todo a jóvenes que fueron un pilar clave de su triunfo.
Distintas encuestas durante la campaña mostraban que, cuanto menor era la edad de los votantes entrevistados, más crecía el respaldo a Milei.
3. El apoyo de la centroderecha antiperonista
Una división básica de la política argentina desde hace décadas es entre peronistas y antiperonistas. Y Milei basó su triunfo en este último bloque.
Para esto fue importante el respaldo que recibió en el balotaje de dos líderes de la coalición de centroderecha Juntos por el Cambio: el expresidente Mauricio Macri y la excandidata presidencial Patricia Bullrich, que salió tercera en octubre.
Se trata de una de las derrotas más severas de las últimas cuatro décadas para la fuerza fundada por el general Juan Domingo Perón a mediados del siglo pasado.