LOS PRIMEROS 100 DÍAS DE GOBIERNO
Si un cuatrienio es un periodo muy corto para un mandatario que en campaña prometió hacer mucho, 100 días de ese periodo es apenas un insignificante 6% de ese tiempo. En tan corto lapso no es mucho lo que pueda hacerse en términos de concretar objetivos estratégicos de política, ni lo que pueda afirmarse sobre el futuro desempeño del gobierno municipal, departamental o nacional con duración de cuatro años. Pero desde cuando Alfonso López Michelsen estampó en esos 100 días la marca de lo que iría a ser el mandato de dichos funcionarios, estos primeros 100 días de ejercicio del mandato adquirieron un significado simbólico y son considerados muchas veces como un indicador del poder de un administrador entrante.
Se puede decir que en esos 100 días el mandatario goza plenamente de la luna de miel del mandato luego de ardua labor proselitista para conseguir el favor popular.
Es muy poco tiempo, es cierto, pero eso lo sabían todos los candidatos cuando aspiraban a que les dieran el mandato. Conocían que en esos 100 días o antes, tenían que conformar el gabinete municipal, estructurar las secretarías y los entes descentralizados, emanar decretos, viajar a los diferentes encuentros nacionales, incluso internacionales, y regionales, preparar proyectos de Acuerdos y presentarlos al Concejo municipal, tomar medidas urgentes y capotear los lastres que pudiera haber dejado la administración que le entregó las llaves de la alcaldía.
De manera implícita, se cree que tomar muchas decisiones en tan corto tiempo es sinónimo de fortaleza, capacidad de gestión y potencial efectividad de un gobierno.
Por eso, muchos de estos y otros indicadores de gestión se vienen utilizando desde hace años para analizar los primeros 100 días de un mandato. Es como decir que por el desayuno se sabrá cómo será el almuerzo.
Sin embargo, en los primeros 100 días el mandatario debe gobernar con el presupuesto que aprobó el Concejo Municipal en la administración saliente, incluso con muchos de sus funcionarios, por la tanto no es tan acertado lo afirmado por López Michelsen respecto a los 100 primeros días de los mandatarios. Es más, tantas expectativas de la comunidad en los primeros días de mandato, puede ser incluso contraproducente para generar programas, proyectos y horizontes institucionales de largo plazo. Por atender lo urgente se puede descuidar la estructuración de lo importante, dice la sabiduría popular.
Dicho lo anterior, considero que la administración “Para todos” ha servido un buen desayuno, que haciendo honor al dicho ut supra, infunde expectativas de lo que será el almuerzo:
1. El gabinete me parece acertado en su mayoría.
2. El respeto con que se trata al usuario del municipio.
3. Algunas medidas sobre el espacio público.
4. La entrada en ejercicio de los agentes de tránsito. El ubicar a algunos de ellos en las horas pico de los colegios.
5. El decreto sobre delimitación de espacios donde se prohíbe el consumo de sustancias sicoactivas.
6. Las relaciones del alcalde con la Policía.
7. El control ejercido al contratista amarrado que dejó la anterior administración para la elaboración del POT.
8. La celebración de los carnavales. Se notó organización y orden en su ejecución.
9. El funcionamiento de la oficina de prensa.
10. El manejo corporativo de la alcaldía fuera del culto a la personalidad del líder de que venía siendo objeto.
PRIMER RECREO: Si bien es cierto que 100 días es muy poco para hacer mucho, también lo es que 1.440 no es que sean muchos para lo que hay que hacer, por lo tanto, no se puede desperdiciar un solo día. Como dice el maestro de obra: a trabajar, que llegó el cemento.
Aguachica, 3 de abril de 2024, día del inicio de la alegría por la llegada de la lluvia que torna agradable la vida después de tanta sequía.