Por: Diógenes Armando Pino Ávila

    Participo en diferentes grupos, en redes sociales, en algunos se plantean temas interesantes que invitan a participar, bien en apoyo al planteamiento que hace uno de sus miembros o por el contrario controvertirlo, siempre con altura, respeto y consideración, pues hay que tener claro que todos no podemos pensar de igual manera y que en la diversidad, el disenso es que se enriquece la discusión y ayuda a subir de nivel en la comprensión de una sociedad como la nuestra, convulsa y violenta, pero que entre todos podemos apaciguar los odios y los rencores.

    El tema de ese día era “Las pruebas Saber once”, y una de las preguntas que hizo uno de los contertulios fue, palabras más o palabras menos: Que hace 20 años no habían tanto grado y pregrado en la nómina oficial del magisterios y que ahora que había Licenciados, Magíster y Doctores por qué ocupábamos los últimos lugares en las pruebas del Icfes.  Argumentaba que la nómina vale más y comparaba el valor de nómina de un colegio público con un colegio privado.

   Hice esta argumentación:  Un doctor y un magister en un salón de clases del bachillerato, no puede hacer mayor cosa por sus estudiantes, lo de ellos, si mal no estoy, es la investigación. Ahora, aun queriendo hacer algo, ¿Podría? Con un ambiente de aprendizaje precario, sin laboratorios, sin elementos necesarios para aplicar las nuevas tecnologías del aprendizaje. Ahora sí lo que se busca es responder unas pruebas estandarizadas pensadas desde algunos escritorios capitalinos, por «técnicos que desconocen la realidad escolar que se vive en la Colombia profunda, creo, no la superará la mayor parte de niños y jóvenes de Colombia.

    Los estándares, los derechos básicos de aprendizajes, los logros, los indicadores de logros, son estandarizados, y son los que regulan los contenidos que cada estudiante colombiano debe recibir en los años de instrucción escolar. Mirándolos así, como si ellos per se fueran la fórmula mágica para pasar unas pruebas estandarizadas, me parece una forma simplista de ver la educación, pues ella obedece a múltiples variables que van desde lo mencionado, pasan por la preparación del maestro, los ambientes de aprendizaje, ayudas educativas, herramientas tecnológicas, políticas públicas de educación, salud, alimentación, la familia, su entorno,  y por supuestos los administrativos de las instituciones educativas.

    Preparar al estudiante como hacen algunas instituciones, solo para responder las pruebas es un despropósito, si se descuida la preparación para la vida, si no se tiene en cuenta que la educación debe ser el constructo colectivo que debe atender las necesidades locales en primerísimo lugar y luego lo regional y lo nacional. No es lo mismo el niño o el joven de la ciudad que el de la Colombia profunda, son situaciones, vivencias e intereses diferentes. No es lo mismo un estudiante que solo estudia a un niño que debe trabajar en el campo al lado de su padre, madre y hermanos para proveerse lo necesario para su subsistencia y que, aún así; saca tiempo para llegar al salón de clases. Los intereses de un niño, joven estudiante de una comunidad indígena que estudia en una unidad de etnoeducación no es lo mismo que el que estudia en un colegio de Valledupar.

    La pregunta es: ¿podrán dar los mismos resultados los estudiantes de este variado universo colombiano? Otra cosa sería una educación impositiva con contenidos obligatorios como en la Rusia Estalinista que se debía estudiar, si o si, los programas del PC soviético. No, la educación es voluntaria para el estudiante, no tienen la obligatoriedad de acogerse a los intereses señalados por los técnicos. Ahora, las pruebas son estándar para todos los estudiantes y colegios, pero, (hay varios peros), como la moda es sacar pecho, hay colegios que escogen y desechan a los estudiantes que la van a presentar poniéndose en ventajas sobre los que presentan a todos los del grado sin exclusión de nadie (buenos, regulares, y no muy aventajados).

   No es lo mismo un colegio en la ciudad que practica pruebas de admisión para escoger a sus estudiantes cerrando la puerta a aquellos que no pasen, con lo cual seleccionan los mejores, desechando a aquellos con dificultades en el aprendizaje, al mejor estilo de los supremacistas; lo que convierte ese colegio público, pagado con dinero de los colombianos, en un colegio de élite, como los privados. Mientras que los colegios de los pueblos y veredas cumplen con la norma constitucional de brindarle educación a todos sin distingos ni discriminación. Ahí está la verdadera esencia de la educación, brindarles la oportunidad a todos, sin discriminación alguna, por tanto, todos los del grado once presentan las pruebas y los resultados son los que sabemos.

    Pienso que los Magister y los Doctores, profesionales con altos estudios de post grado deben salir del aula, la Secretaría de educación debe comisionarlos a hacer trabajo de campo en las diferentes comunidades e instituciones educativas para desentrañar la naturaleza y realidad del sistema educativo, observar a fondo el entorno, ver por dentro la educación en el Resguardo Indígena, Observar y diagnosticar la educación del departamento del Cesar, precisar cuales son los aciertos, cuales las falencias y como reforzar esos puntos débiles y al mismo tiempo visibilizar los logros y los aciertos.

   Qué bueno que se hiciera trabajo de campo en las comunidades indígenas y que la investigación u observación etnográfica sea publicada para que el maestro, el directivo, los funcionarios, los padres de familia, las autoridades conozcan sus alcances. Imaginemos una investigación sobre el Resguardo Indígena Iroka en la serranía de Perijá de la etnia yukpas en la Jurisdicción de La Jagua de Ibirico, y que nos de luces sobre sobre “La escuela que camina”, de seguro nos asombraría a todos que al llegar al territorio el investigador no encuentra edificación del colegio (no la hay) y que para encontrar al maestro debe averiguar con qué estudiante está trabajando ese día, e ir a buscarlo a ese sitio y sorprenderse que ese día está atendiendo a un joven indígena a la orillas de un río porque su alumno esta de pesca o en un cerro sembrando los productos de pancoger.

Se sorprenderían al saber que hay educadores que no saben leer en español, pero que lo hacen en su lengua nativa. Que el currículo o el plan de estudio que se siguen en algunas comunidades indígenas no es igual al de las escuelas que estamos acostumbrados a ver, sino que, en esta, para nada importan los estándares, pues a la comunidad, al joven indígena le interesa más los saberes ancestrales (ceremonias de pagamento, épocas de siembra, sitios sagrados, cuidado de la naturaleza, plantas medicinales, etc.)

Qué bueno sería que esos profesionales calificados buscaran significados de las palabras de Bonaventura de Sousa Santos en su texto Epistemología del sur y notaran que en la mayoría de los casos las ciencias no dialogan con los saberes ancestrales y populares, o que abordaran el tema de la Educación Bancaria y educación de Paulo Freire.

Llegar a la UPC en Valledupar, visitar el sitio que los estudiantes denominan “La Gallera” y encontrar ahí reunidos a un grupo de muchachos estudiantes de los barrios marginales que discuten temas interesantes de sociología, que reinterpretan la historia oficial, que leen y hacen poemas y que a pesar del humo de la marihuana hay una historia en cada uno de ellos. Que el acercamiento a estos muchachos devele situaciones individuales como su vida, algunos son casados, con hijos, padres y madres a su cargo, que realizan labores de mototaxismo y que después de un día de trajín, de lucha y de mucho sol llegan a la Universidad con el deseo de cursar una profesión que les saque del hueco en que la sociedad los ha condenado.

   Que ese magister o doctor nos analice las Pruebas Saber y nos digan por qué contradicen algunos puntos del sistema de evaluación oficial que pide al educador montar temas que obedezcan a tres puntos: Saber, Saber hacer y Saber ser y que descubran en su análisis, dicha prueba solo atiende un solo tópico, únicamente exige “saber”

    Podemos seguir analizando el tema, pero prefiero dejarlo ahí, esperando opiniones más autorizadas

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