Luis Gilberto Murillo, canciller de Colombia, respondió a las declaraciones de su homólogo venezolano, Yván Gil, quien acusó a Colombia de injerencia en la política interna de Venezuela. El funcionario colombiano afirmó que la postura del país con respecto a la crisis política venezolana no es nueva y que las recientes reacciones de Gil están sobredimensionadas.

El conflicto diplomático se intensificó después de que Murillo mencionara en una plenaria del Senado que el presidente colombiano, Gustavo Petro, no reconocería a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela hasta que no se publicaran las actas de votación de manera adecuada. Este comentario provocó una respuesta contundente de Gil, quien calificó las palabras de Murillo como una “injerencia grosera” y afirmó que ninguna institución colombiana tiene derecho a opinar sobre los asuntos internos de Venezuela.

“El Gobierno colombiano respeta el principio de la soberanía y la independencia de los Estados y es algo que tienen que resolver venezolanos y venezolanas, pero hay serias dudas de legitimidad y legalidad que se tienen que disipar”, dijo Murillo el martes en una intervención en la sesión plenaria del Senado de ese país.

Por lo anterior, Gil se pronunció a través de Instagram y dijo: “Basta de injerencias groseras y de buscar titulares que solo disfruta la derecha paramilitar y fascista. No lo vamos a tolerar, canciller Murillo, ni usted ni ninguna institución colombiana tienen el derecho y mucho menos la moral para hablar de Venezuela, no es un asunto que le incumba, definitivamente no es su problema”.

“No le debemos explicaciones ni a usted ni a su decrépito congreso, dedíquense a sus problemas que bastantes debe tener”, finalizó el canciller venezolano.

Al respecto, el canciller aseguró que: “La posición de Colombia es conocida públicamente, incluso el presidente Petro la articuló recientemente en Nueva York y hubo conversaciones sobre ese tema en México. Entendemos la reacción del canciller Gil, pero está sobredimensionada”, aseguró Murillo.

A pesar de las tensiones actuales, ambos cancilleres se habían reunido recientemente en Nueva York, Estados Unidos, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde, según El Espectador, las relaciones parecían haber quedado en buenos términos. Sin embargo, las declaraciones de Murillo en el Senado reavivaron el conflicto diplomático.

Murillo aseguró que la posición de Colombia ha sido articulada públicamente por el presidente Petro, tanto en Nueva York como en conversaciones en México, y que no representa un cambio en la política exterior colombiana hacia Venezuela. Además, el canciller colombiano destacó la importancia de mantener relaciones diplomáticas con el país vecino, a pesar de las diferencias políticas.

Por su parte, Gil insistió en que no tolerarán lo que considera una intromisión en los asuntos venezolanos, y acusó a Murillo de buscar titulares que beneficien a sectores de la derecha paramilitar y fascista. Esta situación refleja las complejidades de las relaciones bilaterales entre Colombia y Venezuela, marcadas por tensiones políticas y diplomáticas.

Un intento que quería cambiar las cosas

Gustavo Petro, presidente de Colombia, ha expresado su preocupación por las inhabilitaciones políticas en Venezuela, calificándolas como un “golpe antidemocrático”. Estas declaraciones surgen en un contexto de tensiones diplomáticas entre Colombia y Venezuela, a pesar de que ambos países restablecieron relaciones diplomáticas en 2022. La situación se ha complicado aún más tras las elecciones presidenciales en Venezuela, donde el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó a Nicolás Maduro como ganador para un tercer mandato, pero no ha publicado los resultados desglosados, lo que ha generado críticas internacionales.

El Congreso de Colombia aprobó una propuesta que insta a Petro a reconocer a Edmundo González Urrutia, excandidato presidencial opositor, como presidente electo de Venezuela. Sin embargo, Petro ha señalado que el Congreso no puede exigirle posiciones en política internacional, aunque se comprometió a estudiar la proposición. González Urrutia, quien asegura haber ganado las elecciones con el 67% de los votos, se encuentra actualmente en un exilio “forzado” en España.

La comunidad internacional, incluyendo al menos 30 países y la Unión Europea, ha manifestado su “grave preocupación” por la “represión generalizada” y las violaciones a los derechos humanos denunciadas en Venezuela tras las elecciones. La oposición venezolana ha denunciado fraude electoral y ha publicado copias de las actas que conservan sus testigos en las mesas electorales.

Desde que Petro asumió el poder, ha realizado varios viajes a Caracas para reunirse con Maduro, dado que Venezuela es garante en las negociaciones de paz de Colombia con la guerrilla del ELN, actualmente suspendidas. A pesar de ser considerados aliados, las críticas de Petro hacia las inhabilitaciones políticas en Venezuela reflejan tensiones subyacentes en la relación bilateral. Tomada de Infobae

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