MI VOTO

El voto es secreto por ley, pero público por decisión de quien va a votar. No podrá haber norma que lo prohíba.

     Por norma social vigente, el voto se torna público desde el momento en que se entabla una conversación electoral. Si los contertulios coinciden en la preferencia por un candidato, cada uno se explaya en loas por él. Ahí se hizo público la intención del voto. Si entre los conversadores hay divergencias en la preferencia, cada uno se explaya en contradecir las tesis del otro, y por ese motivo el voto de cada uno deja de ser secreto.

     La obligatoriedad legal del secreto del voto es para garantizar que nadie lo puede constreñir a uno a que le diga por quién va a votar, pero si por voluntad, sin presión alguna, el votante hace público su intención de voto, esa es su respetable voluntad.

     Por eso manifiesto que es mi voluntad, libre y sin presión, declamar mi voto a los cuatro vientos de la tórrida tierra morroca.

     Para el Concejo son tantos los amigos y buenos candidatos que mejor no me pronuncio.

     Para la Alcaldía si se pudiera votar por tres a la vez lo haría así. Por conocimiento, trascendencia familiar, buenas maneras comprobadas, por amigo, compañero y familiaridad de antaño entre su familia y la mía, daría mi voto por Vicente Baños. Aguachica estaría en buenas manos.

     Si es por experiencia, saber de la cosa pública local, departamental y nacional, por amigo, a pesar que no compartimos lo departamental, es tolerante con las ideas ajenas y copia las que le parecen buenas; y, sobre todo, porque le veo valentía para enfrentar la grave situación en que quedó Aguachica, no dudaría en dar el voto por Israel Obregón. Para el momento de crisis, un alcalde que sabe de crisis.

     Y el tercer candidato por el que daría con gusto el voto sería por Manuel Rangel. Fue mi estudiante en el Campo Serrano, aplicado, juicioso, trabajador, estudioso, la gente cree en él, profesional, conoce de administración, su mamá es una excelente profesora y buena amiga. No se le conocen vicios propios de los manilargos con los recursos públicos.

    Ahí está mi voto.

    Para Asamblea mi voto será por Aguachica, por quien guíe y acompaña a esta tierra del morrocoy desde las altas esferas del departamento a salir del ostracismo en que está sumida.    Aguachica tiene varias personas con las capacidades morales para ser diputados, como Yesid Sánchez, Pedro Santana y otros. Si uno de ellos, ojalá los dos, o tres, fueran diputados, estoy seguro que los morrocos estaríamos bien representados en la Duma del Cesar. Claro está, que hay nombres de Valledupar, como Miguel Hinojosa, que podríamos conseguir que sean aliados de la tierra del morrocoy para que Aguachica sea una aliada estratégica del departamento.

    Para gobernador sí es más fácil decidirse: tengo a mi amiga Alexandra Pineda como candidata, hija del Sur y desde toda la vida, adoptada como morroca. El otro personaje que valdría la pena que fuera gobernador, es el hijo de la provincia Antonio Sanguino.

PRIMER RECREO: La anterior expresión se la escuché al candidato morroco a la Asamblea, Pedro Santana: entre todos debemos llevar a Aguachica a que sea aliada estratégica del departamento del Cesar y no colonia de Valledupar.

Voy a copiármela.

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